¿Cómo me preparo para el matrimonio?
Aug 16, 2023- Las hermanas mayores o ancianas deben acompañar a las más jóvenes en los anhelos de su corazón.
- Aunque la cultura nos moldee que no necesitamos a nadie más, la realidad es que los cristianos nos necesitamos para vivir y luchar con nuestros anhelos en este mundo.
- Prepárate para cada día ser una hija de Dios, guardándote de no formar una identidad alrededor del deseo de casarte.
- Prepárate para cada día anhelar al Señor más que idolatrar un matrimonio y frustrarte porque no sucede en tu vida.
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Oremos, sí. Pero también alentémonos unas a otras, jóvenes y ancianas, en el anhelo completo que tenemos en Cristo.
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El mayor bien que tenemos en esta tierra y en la vida venidera es Cristo, empecemos a disfrutarlo hoy, aunque no venga lo que anhelamos.
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¿Cómo me preparo para el matrimonio?
Recuerdo que cuando era más pequeña uno de mis anhelos más grandes era encontrar a un hombre con quien compartir mi vida, con quien viajar, alguien que me consintiera, me enamorara todos los días y me llenara de seguridad y fidelidad. Con el tiempo y los cambios culturales que dio auge al feminismo, ese anhelo dejó de ser primordial, ahora deseaba tener éxito, y luego de alcanzarlo, encontraría a un hombre que diera luz a mis expectativas. La realidad es todo lo contrario, porque desde el momento que un anhelo, por piadoso que sea, se centra en mí, soy presa de mis deseos, así como de la amargura cuando el anhelo no sucede como lo esperaba o creía merecerlo.
Conozco a muchas amigas jóvenes que anhelan casarse, algunas aún están creciendo en el entendimiento del propósito del matrimonio y otras dicen estar listas para casarse. El anhelo está allí porque la soledad las abruma, porque la sociedad las señala y porque la iglesia las rechaza muchas veces. Desde el momento que creemos que el matrimonio es un estatus que da identidad nos equivocamos al molestarnos de no tenerlo; no encontramos sentido a que un Dios bueno no conceda los deseos del corazón.
Me quiero casar, ¿qué hago?
Lo que más frecuentemente escuchamos decir a las mujeres casadas hacia las solteras es: “ora por tu esposo”, como si la oración lo atrajera. O “ya vendrá”, como si fuéramos Dios al afirmar semejante promesa. ¿Qué pasa si no viene? Lo cierto es que la Biblia no promete a las mujeres que tendrán un esposo. Busca en la Biblia un versículo en el contexto de promesa que lo asegure. La Biblia nos da instrucciones de cómo se ve una esposa cristiana, pero aún más, nos dice cómo se ve una mujer cristiana.
Si me preguntas qué debes hacer, te respondería: lee la Biblia como si mañana ya no tuvieras más tiempo para leerla. Medítala. Memorízala. Atesora a Cristo. Ama a Dios con todo tu corazón, encomienda a Él tus caminos, y espera en Él. Parece sencillo decirlo y leerlo, pero la promesa de Dios es: “Yo estaré contigo” (Is 43:2). Basado en esa promesa, debemos buscar más a Dios, quien ha prometido, además, que nada nos apartará de su amor (Ro 8:36-40). Estar en la Palabra llenará tu corazón de esperanza cuando la espera te desanime; estar en la Palabra te dará sabiduría para decidir y escoger; estar en la Palabra mostrará cualquier ídolo. Estar en la Palabra te recordará que estás completa en Cristo, por lo tanto, no se trata de esperar, se trata de disfrutar al Padre que ya es tuyo para siempre.
¿Para qué me preparo?
Cuando platico con algunas jóvenes que están orando por su esposo, les pregunto: ¿Qué oras? A lo que ellas responden: “Oro para que Dios me de un esposo que…”, y me dicen el listado que suele iniciar con el físico hasta las manías que no tolerarán que el joven tenga. Y claro, luego finalizan diciendo: “Y que tenga temor de Dios”.
Lo cierto es que nos disponemos a pensar en qué queremos del joven sin meditar en cómo está nuestro corazón para cumplir el rol de esposa que Dios ha dado. Incluso el reto va más allá. Prepárate cada día para ser una hija piadosa de Dios que será coherente con la forma en la que vive su rol de esposa. El problema es prepararse para un rol sin seguirse preparando para vivir para la gloria de Dios. La soltería y el matrimonio se deben vivir para la gloria de Dios, puesto que vivirás con otro pecador como tú, enfrentarán retos, sufrimientos y problemas que no puedes pronosticar completamente.
Es por ello que la preparación es un tipo de santificación. Cada día te estás preparando para parecerte a Cristo (Ro 8:29). Cada día estás buscando ser como Cristo (2 Co 3:18) porque esa es la meta de toda mujer cristiana, anciana o joven, soltera o casada. Hacer esto no te augura encontrar al joven de tus sueños, más bien, te asegura que disfrutas al único que es dueño de todos tus anhelos: Cristo.
Anhelando a Cristo
Quizás estás leyendo este artículo para saber cómo encontrar esposo, o por el título intuiste que te dará alguna clave para que eso suceda. La realidad es que nadie puede saber lo que Dios ha determinado de sus días, así como una esposa se puede enfrentar con la devastadora noticia de que no puede tener hijos. No nos confundamos con lo que realmente llamamos bendición y bueno, sin antes considerar dónde están nuestros anhelos.
Nada en este mundo puede darte lo que solo Cristo da. Esta es una verdad que se convierte en realidad para ti cuando la crees. Aún si no la crees, es la única verdad. Entonces, ¿qué tienes en Cristo? Libertad, amor eterno, compasión, ayuda, valor, dignidad, perdón, gracia, sabiduría, vida eterna, no más culpa o acusación, una relación perfecta basada en la verdad de la Palabra, un nuevo corazón que transforma cada día para hacer de tu viaje en esta vida uno liviano y en paz en medio de la dificultad y las carencias terrenales. Estas bendiciones están en tu mesa junto a una silla con tu nombre, la pregunta es: ¿Te sientas y comes de ellas o te quedas parada porque prefieres la otra mesa donde no está tu nombre ni hay suficiente comida en ella?
¿De quién crees que es la responsabilidad después de tener todo servido? Anhelar a Cristo es la solución de todo anhelo en esta tierra, incluso de esos anhelos buenos como el matrimonio, hijos y estabilidad. Un esposo jamás te dará todo lo que Cristo te da por fe, pues él también está en el mismo camino que tú para anhelarlo solo a Él. Es que, si una pareja está centrada en Cristo para verlo a Él frente a sus corazones débiles, podrán amarse del amor que fluye del Señor, podrán perdonarse, cuidarse, servirse y ayudarse porque no será en sus fuerzas ni expectativas, sino en el poder del Espíritu Santo porque ya están llenos de Cristo. No esperes el matrimonio para vivir esto, vívelo ahora para la gloria de Dios.
Recuerda lo que dice el salmista: “Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre” (Sal 73:24-26). Querida amiga, sea Cristo tu mayor anhelo y todo lo que venga de Él recíbelo como bueno porque ya lo tienes a Él, y Él es lo mejor que puedes tener.
Aprende
¿Qué significa que tu mayor anhelo sea Cristo?
Vive
Jesús dijo que la verdad nos hace libres (Jn 8:32). De acuerdo a este artículo, ¿cómo se ve el anhelo de casarte en tu corazón? ¿Te has frustrado o ya no lo esperas? ¿Cómo puedes cultivar un amor por el Señor en medio de tu realidad el día de hoy? Medita en el salmo 73 y encuentra razones para adorar al Señor y dejar de compararte con aquellos que tienen lo que tú anhelas. Recuerda, si tienes a Cristo, tienes todo lo que necesitas.
Lidera
Si tienes un grupo de mujeres donde una joven está luchando con el anhelo de matrimonio, ¿cómo te estás equipando para acompañarla, además de orar?
Recursos
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/cuando-nuestros-anhelos-no-son-satisfechos/
https://integridadysabiduria.org/viviendo-la-solteria-con-proposito/
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