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¿Cuál es el verdadero problema de la humanidad?

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¿Cuál es el verdadero problema de la humanidad?
  • Dios creó al hombre y a la mujer, buenos y libres para obedecerlo y amarlo.
  • Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza para su gloria.
  • Dios creó al hombre y a la mujer para multiplicarse, sojuzgar y administrar la tierra.
  • Adán y Eva no confiaron en Dios, se dejaron engañar por la serpiente y pecaron.
  • A través de la desobediencia de Adán, toda la humanidad pecó.
  • Por ello, hoy, todos somos pecadores en necesidad de ayuda.
  • La ayuda que necesitamos no proviene de nosotros, sino de Dios mismo.
  • El pecado es condenación a la muerte física y espiritual eterna.
  • A través de Jesús, el mejor Adán, y por la fe en Él, encontramos vida nueva.

 

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¿Cuál es el verdadero problema de la humanidad?

Dios es el creador del hombre y de la mujer, físicamente y espiritualmente dependientes de Dios, de su consejo y bendición. Esta es la bella historia que nos revela Génesis 1-2. Increíble como parezca, Dios creó al hombre del polvo y a la mujer de la costilla del hombre para formar a la primera pareja que corona su creación del cosmos y la tierra. Dios, en su amor, proveyó un escenario maravilloso para que todos los hombres y mujeres disfrutaran de lo creado, pero adorando al Creador. Sin embargo, esta primera pareja no lo valoró. Adán y Eva fueron los representantes de toda la raza humana que habría de venir, pero no solo eso, sino que, a través de ellos, entró el pecado al mundo afectando todo lo creado, incluyendo el corazón, la mente, las acciones y deseos de los hombres. A esta doctrina se le llama: la caída.

¿Quién es el hombre?

Sabemos que el ser humano fue creado por Dios (Gn 1:27). Además, Dios declara que crearlos es una buena obra (Gn 1:31). Dios creó al hombre del polvo de la tierra y el soplo de aliento de vida vino de Dios, es decir, el hombre está compuesto de un alma y un cuerpo (Gn 2:7). El hombre y la mujer fueron creados a la imagen y semejanza de Dios para la alabanza su gloria (Gn 1:28; Ef 1:4-6), y a quienes Dios les dio todo para multiplicarse, sojuzgar y administrar la tierra para el bien de ellos y la gloria de Dios. Adán recibe el mandato de cultivar y guardar el huerto, y la única prohibición: no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal (Gn 2:16). Entonces, Dios hace a su esposa como una ayuda idónea para llevar tal tarea, juntos y unidos. Es decir, el hombre fue creado por Dios como un ser libre y bueno, libre para vivir conforme a la ley de Dios, y bueno para hacer agradar y adorar a Dios con su obediencia de corazón.

¿Cuál es su mayor problema?

Lastimosamente, esto no duró por mucho tiempo. Una serpiente entra en este hermoso jardín para tentar a Eva con engaños y manipulación de la Palabra de Dios. Adán, en vez de cuidar el huerto de intrusos y guardar la Palabra de Dios, permitió que Eva fuera influenciada para desobedecer a Dios. ¡Qué triste respuesta a la bondad de Dios! A partir de esa tragedia, conocida como la caída, el sufrimiento, el dolor, la traición, la violencia, las injusticias, se suscitaron porque, cuando el pecado entró a los corazones de los hombres, estos empezaron a vivir de acuerdo a la consecuencia de su infracción: independientes de Dios para hacer lo que desean, que resulta en una interpretación errónea de su vida, de Dios y de ellos mismos.

El pecado es como ver la realidad y la verdad a través de un espejo roto, no ves bien y no interpretas bien. El pecado te deja en la condición de ignorancia de conocer la verdad, amarla y seguirla. Eso es lo que la serpiente no dijo a Eva. Puesto que ellos no podían ser como Dios ni tener su sabiduría, el pago de su rebelión fue muerte espiritual (Ro 6:23), es decir, jamás tendrían lo que ese fruto les “prometía”, pero ellos no confiaron en Dios. Por lo tanto, la Biblia dice: «Tal como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre [Adán], y por medio del pecado la muerte, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron» (Ro 5:12).

El apóstol Juan dice que el pecado es la transgresión o desobediencia a la ley de Dios (1 Jn 3:4), y Pablo dice que, por medio de la ley viene el conocimiento del pecado (Ro 3:20). El pecado aleja a los hombres de una relación con Dios porque Él es santo. Por eso, los expulsó del Edén, al mismo tiempo, guardándolos de no comer del árbol de la vida para no quedarse en ese estado. A partir de ese día, el mayor problema del hombre no fue su entorno, su crianza, sus emociones, su biología, más bien,estar muerto en sus delitos y pecados (Ef 2:1). ¿Quién podría despertarlos?

¿Cuál es su mayor necesidad?

Nada ha tomado por sorpresa a Dios. La caída sigue estando dentro de su control y plan para la humanidad. Por ello, a partir de Génesis 3:15, Dios trae esperanza a la humanidad a través de un mejor Adán: Cristo, el único Hijo de Dios. Pablo dice: «La muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura de Aquel que había de venir», (Ro 5:14). Todos hemos pecado (Ro 3:9, 23) y la consecuencia trajo muerte física y espiritual.

La necesidad de toda la humanidad es un Salvador sustituto que haga bien todo aquello que desde el primer hombre no se hizo bien, es decir, obedecer a Dios para vivir por Él. Pablo dice: «Porque así como la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de Uno los muchos serán constituidos justos» (Ro 5:19). ¿Cómo lo hace Cristo? Viviendo una vida perfecta y sin pecado, muriendo en una cruz por nuestros pecados, venciendo la muerte eterna y resucitando al tercer día para sentarse como Rey e intercesor de nuestra vida (2 Co 5:21). Si confías en su llamado a ser salva, Él te perfeccionará hasta que Cristo regrese para hacer todas las cosas nuevas eternamente (Fil 1:6). Mientras tanto, aún luchamos con pecado, pero debemos dominarlo (Ro 6:12-13), no con nuestras fuerzas, sino con nuestra rendición al Padre mientras el Espíritu Santo nos ayuda e imparte gracia para obedecer y adorar.

Hermana, el pecado es el mayor problema del hombre al día de hoy. Aunque tú seas salva, sigues pecando. No te engañes por las corrientes filosóficas de este tiempo, tu problema no son tus emociones, no es tu pasado, no es tu esposo o padres, no es tu pastor o tu iglesia, no son las injusticias de este mundo, no es la mala suerte, no es nada de lo que te acontece. El problema es que el pecado entró a este mundo y corrompió todo, pero Cristo vino a despertarnos y hacer todo nuevo para que encontremos solución y propósito en la vida abundante que hay en Cristo. Por eso, aunque este es un problema que ningún ser humano puede solucionar, Dios nos proveyó a Cristo para llevarlo a cabo por nosotras por gracia y por medio de nuestra fe en Él.

 

Aprende

¿Qué es la caída?

Vive

Lee Éxodo 9:34 y responde: ¿Cuál es la consecuencia del pecado? Lee Isaías 12:1-5 y responde: ¿A quién apunta esta profecía? Ora al Señor que te ayude a ver tu gran necesidad de Él.

Lidera

Muchas mujeres están intentando solucionar su vida con sus fuerzas y bajo sus presuposiciones, ¿cómo puedes ayudar a otras a buscar a Cristo a partir de reconocer su pecado? Puedes usar nuestra Guía Rosa: El evangelio para acompañar a otra hermana.

 

Recursos

https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/que-implica-en-la-biblia-la-caida-de-la-humanidad-preguntas-biblicas/

https://www.compellingtruth.org/Espanol/caida-del-hombre.html

 

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