¿Cuál es la naturaleza de Dios?
Sep 18, 2024- La naturaleza de Dios es básicamente que Él es espíritu y que es diferente a los seres humanos.
- Dios no fue creado, no tiene principio ni fin; sin embargo, todas las cosas creadas en Él encuentran su principio, su fin y su propósito.
- Los atributos y las cualidades que Dios ha auto revelado en la creación y en su Palabra nos dejan conocer quién es Él y cómo obra.
- Conocer quién es Él nos priva de hacernos un Dios a nuestra semejanza, experiencias o caprichos de nuestros corazones.
- No somos Dios ni podemos ser dioses, somos lo que nuestro Creador ha determinado que seamos, y eso es bueno, porque Él es bueno.
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¿Cuál es la naturaleza de Dios?
Ser como un dios le viene natural a todo ser humano, ¿no crees? Cada persona quiere decidir sobre su vida, su cuerpo, su dinero, sus relaciones, e incluso con la vida de otro ser humano, lo cual es el resultado de una humanidad desprendida de su Creador. Pero, honestamente, como creyente, qué respondes cuando te preguntan: ¿Cómo o qué es Dios?
La naturaleza de Dios
El catecismo menor de Westminster dice en la cuestión número siete lo siguiente:
«Dios es Espíritu, en sí y por sí mismo infinito en su ser, gloria, bienaventuranza y perfección; todo suficiente, eterno, inmutable, incomprensible, omnipresente, todopoderoso, omnisciente, sapientísimo, santísimo, justísimo, misericordiosísimo y lleno de gracia, tardo para la ira y abundante en bondad y verdad».1
Dios se reveló a Moisés y, por ende, al pueblo de Israel en Éxodo 3:14 como «Yo Soy el que soy». Básicamente les dijo que Él es quien es Él. En Isaías 48:12 dijo algo más de sí mismo: «Yo soy él; yo soy el primero, yo soy el último» y los profetas afirmaron ver solo alguna forma de su gloria (Ez 1). Lo cierto es que su nombre lo distinguía de todos los otros dioses que el hombre inventó. Pues es hasta que Dios-hombre, Jesucristo, se envuelve en un cuerpo humano en el que se nos revela el carácter glorioso de Dios; Él es su plenitud (Col 2:9), de la cual los santos están llenos (Col 2:10).
Entre los muchos atributos o cualidades, inherentes y únicas, que tiene Dios, lo que se nos ha revelado nos deja ver su naturaleza: Dios crea, Dios habla, Dios quiere tener una relación con sus criaturas, Dios salva a pesar de que el hombre lo rechazó y sigue rechazando; su paciencia es increíble y su fidelidad inagotable; su misericordia se renueva cada día y su gracia es poderosa para sostener el alma del pecador y transformarla a la imagen del Salvador.
¿Por qué esto es importante para nosotros?
El reconocimiento de la naturaleza de Dios nos ayuda a adorarlo como Él lo merece, lo cual es valioso porque lo que Él hace y revela de sí mismo es verdad y estamos llamadas a creerlo. Esto es importante porque existe un versículo que dice que la verdad nos hace libres (Jn 8:31-32) de asumir conceptos erróneos de Dios o de relacionarnos con un Dios imaginario y construido a mi imagen y a mi semejanza.
Si Dios es eterno, por lo tanto, lo conoce todo. Si Dios es poderoso, entonces puede hacerlo todo. Si Dios es soberano, entonces puede gobernar como desee y cuando desee. Si Dios es transcendente, aún así se puede relacionar con su creación. Si Dios es fiel, podemos creer en sus promesas. Si Dios es creador, comprendemos que le pertenecemos y que también nos ha dado un propósito al crearnos. Recuerda que Dios no necesita de nadie, ni de nada para ser más glorioso de lo que ya es. Él es independiente de su creación y aún así, cuando los hombres pecaron, Él se acercó a ellos. Te menciono estas verdades porque son importantes para nuestra fe y para dar razón de nuestra esperanza a quien nos la pida.
El conocimiento de la naturaleza de Dios no debería ser una doctrina difícil si lees cuidadosamente la Palabra y buscas conocer su carácter, por lo tanto, sé que encontrarás la afirmación más esperanzadora que alguien pueda decir de sí mismo: «Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación» (Stg 1:17); y se dice lo mismo de Jesús: «Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos» (He 13:8). El Espíritu Santo nos convence de estas verdades y nos guía a glorificar a nuestro Dios, ¿quién podría no querer afirmarse en una persona mayor que nosotras y que jamás falla ni fallará? ¡Yo!
¡Bendita sabiduría de que Él es Dios y nosotras no lo somos!
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¿Por qué es importante reconocer quién es Dios? Responde leyendo Juan 17:3 y reflexiona sobre cómo te anima esta verdad.
Lidera
Ora por una amiga que no conoce a Dios, quizá puedes empezar preguntándole sobre qué conoce de quién es Dios.
Recursos
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/como-puede-dios-ser-uno-y-tres-a-la-misma-vez/
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/nombres-de-dios/
1 https://es.ligonier.org/recursos/credos-confesiones/el-catecismo-mayor-de-westminster/
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