La ayuda idónea de Charles Spurgeon: Conoce a Susannah
Aug 02, 2023- Susannah nació en Londres dentro de una familia conservadora y con comodidades.
- Susannah conoció al Señor a una temprana edad, así como a su esposo, Charles Spurgeon.
- Susannah se casó y tuvo dos hijos gemelos. Después de dar a luz, nunca se recuperó de quebrantos de salud.
- Ella se encargó de cuidar a su esposo que padecía de la enfermedad gota, aun a costa de su salud.
- Ella fue maestra en casa de sus hijos, los apuntó al evangelio hasta que ellos vinieron a la fe.
- Ella era la ayuda idónea de su esposo en la edición y escritura de las predicaciones. Además de orar por él.
- Susannah inició un fondo llamado “Fondo Reserva” en el que enseñaban a otros pastores a través de la impresión de las predicaciones de su esposo
- Su matrimonio fue ejemplo de muchas personas en Londres, un ejemplo de esposa en medio de la adversidad.
- Charles Spurgeon expresó de su amada esposa y compañera: Susannah, mi regalo.
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La ayuda idónea de Charles Spurgeon: Conoce a Susannah
Cuando alguien menciona la palabra “ayuda” ¿en qué piensas? Lastimosamente, nuestra cultura ha devaluado tanto esta palabra que creemos que quien es una ayuda es inferior. Solo pensemos en el trato a los esclavos, en las personas que trabajan en casa o, incluso, en la idea que tenemos acerca de los dones y habilidades de las personas al categorizarlas como “mejores” porque tienen más visibilidad o “inferiores” porque complementan a estos “mejores dones”. Es por ello que cuando hablamos de que la mujer es ayuda del hombre muchas de nosotras entramos en conflicto. Olvidamos que no solo somos ayuda, somos ayuda idónea, es decir, somos importantes, capaces y también necesitamos la ayuda del Señor.
Nuestra mujer de fe, Susannah Spurgeon, nos enseñará lo que ser ayuda idónea significa.
¿Quién es?
Susannah Spurgeon fue la esposa del conocido predicador Charles Spurgeon. Susannah Thompson nació el 15 de enero de 1832 al sur de la ciudad de Londres. Ella fue criada en un hogar conservador. Se convirtió en cristiana siendo muy joven. En su tiempo contemporáneo, la juventud de esos días era fría e indiferente hacia la espiritualidad, por lo que ella se diferenciaba, no solo por su fe, sino porque era una mujer elegante, hermosa, servicial, inteligente, que luego se convirtió en una esposa ferviente, un ejemplo de ayuda idónea con amor, gracia e inteligencia.
¿Cuál es su historia?
El 18 de diciembre de 1853 Susannah vio y escuchó por primera vez al hombre que años después se convertiría en su amado esposo. Cuando lo escuchó, no fue sorprendida por la elocuencia de Charles que a toda la ciudad de Londres tenía impactada. Sin embargo, poco a poco el Espíritu Santo usaba la predicación de Spurgeon para acercarla más al Señor.
Su noviazgo duró más o menos dos años, en los cuales se intercambiaban cartas de profundo amor y exhortación del Señor. Ella sabía que Charles era un ministro apasionado de la Palabra por amor al Señor, podríamos decir en nuestro lenguaje actual que él era un predicador famoso o reconocido. El primer regalo que Charles le hizo a su novia fue el libro del Progreso del Peregrino; sus tardes eran de lectura de libros de puritanos como Richard Baxter y de poesía. Ella siempre lo acompañaba a sus enseñanzas, lo ayudaba y oraba por él. Se casaron en enero de 1856, y en septiembre de ese mismo año, ella dio a luz en su casa a dos varones gemelos. Ella quedó débil y nunca recuperó su salud después de dar a luz.
Enfrentaron muchas pruebas de salud y de necesidad que solo fortalecieron su unidad espiritual. Cuando tenía treinta años de edad, Charles sufría de gota, lo cual lo llevaba a temporadas de suma tristeza. Susie, como Charles la solía llamar, también estaba enferma y no podía salir de la casa por largos periodos de tiempo. Aun así, ella pedía fortaleza al Señor para servir a su esposo y familia. Ciertamente, antepuso la necesidad de su esposo antes que la de ella.
En sus momentos de desánimo, Susannah escribió al Señor:
“En el momento en el cual pasamos por alguna prueba o dificultad, nuestro primer pensamiento debería ser, no lo pronto que podríamos escapar, o cómo podríamos aminorar el dolor que sufrimos por causa de él; sino cómo Dios puede ser glorificado de mejor manera en esto”.
Susannah también aconsejaba a mujeres y jovencitas de la iglesia, pero priorizaba la enseñanza a sus gemelos; fue una maestra fiel de sus dos hijos en la doctrina cristiana y tuvo el gozo de verlos convertirse a Cristo cuando eran muy jóvenes. Se las arreglaba para cumplir con su rol de ama de casa sabiamente, y sin quejarse, soportaba los periodos de separación debido a los viajes de Charles, dándole la bienvenida cuando regresaba a casa.
Se dispuso a ayudar a Spurgeon en la edición de sus sermones y libros. Estaba tan comprometida que, con sus ahorros, tuvo suficiente dinero para pagar la impresión de un centenar de ejemplares de sus obras. Fue en ese momento en que el “Fondo de Reserva” nació para ayudar a otros pastores a aumentar su conocimiento del Señor y de la predicación Cristocéntrica. Fue una labor que continuó por el resto de su vida.
Charles y Susannah estuvieron casados por 36 años. Cuando Charles murió Susannah escribió:
“Porque aunque Dios ha tenido a bien llamar a mi amado para un servicio mayor, Él me ha dejado la consolación de todavía amarlo con todo mi corazón, y creyendo que nuestro amor será perfeccionado hasta que nos encontremos en esa bendecida tierra donde reina el amor supremo y eterno”.
A Susannah se le conoció como una esposa fiel, ayuda idónea y madre abnegada que siempre dijo: “El hogar es el seminario de todas las demás instituciones”. Charles siempre dijo de ella: “Susannah, mi regalo”.
¿Qué podemos imitar de ella?
Parece que leemos una historia ficticia, ¿no crees? O de esas películas que solo nos hacen suspirar por un matrimonio así. La realidad es que, si lees bien, esta pareja pasó por sufrimiento físico y escasez, además, ella tuvo una función muy importante en la relación: una ayuda idónea que colocaba a su esposo antes que a ella misma. Y tú, ¿lo harías? ¿lo haces?
La realidad es que Dios ha dado gracia a toda esposa creyente para responder de la misma manera que ella lo hizo. El contexto cultural y la situación particular no se deberían acomodar a la obediencia a Dios, sin embargo, sí afecta. Susannah no enseñaba a las mujeres a ser la ayuda idónea, más bien lo practicó frente a ellas. Es como si fuera algo natural en ella después de conocer la Palabra.
La ayuda idónea no es meramente ayuda que se solicita de vez en cuando, es una función apegada al diseño de la mujer con respecto a su esposo. Susannah modeló este diseño en la edición, escritura, fortaleza, apoyo, ayuda tanto a su esposo como a otros. Todo lo que ella sabía la hacía una mujer inteligente y capaz de hacer muchas cosas. Ella eligió poner sus dones al servicio de su hogar y de la Iglesia de Cristo. El resultado fue, como dice Proverbios 31:11a ,28-30: “El corazón de su marido está en ella confiado. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, esa será alabada”.
¿Acaso no es mejor la alabanza de Dios y de los que realmente te conocen que la de otros? Esta mujer nos enseña que ser ayuda idónea no se trata de inferioridad, no se trata de valor, se trata de obediencia y amor. Obediencia al Señor cuando nos llama a ser ayuda idónea para hacer avanzar el Reino de Dios, pero es una obediencia por amor al Señor que nos ha salvado y por amor a nuestro esposo amado.
En medio de la dificultad que los matrimonios atraviesan, escoge agradar al Señor con tu vida al ser la ayuda específica que Dios sabe que tu esposo necesita. Si tu esposo no es cristiano, esto no invalida la función que te ha dado el Señor. Si no eres casada, como mujer, tienes innato el desear servir y ayudar a otros, busca lugares donde puedas ser la ayuda adecuada para el servicio que se necesita. Todos somos siervos y servidores unos de los otros, pero qué gozo es cuando las mujeres participan en el diseño de Dios con plenitud y alegría. Así como el legado que Susannah nos ha dejado.
Aprende
¿Quién es Susannah Spurgeon?
Vive
Lee Filipenses 2:3-4. Resume lo que este pasaje está diciendo y pregúntate: ¿Cómo vivo esta verdad con mi esposo? ¿Por qué no lo hago? ¿Me molesta ser ayuda idónea? ¿Necesito ayuda y no la he pedido? Luego, ora pidiendo asistencia del Espíritu Santo sobre tu función en el diseño original.
Lidera
¿Cómo estás modelando a las más jóvenes acerca del diseño de Dios de la esposa?
Recursos
https://somossoldados.org/susannah-spurgeon-una-edificadora-del-hogar/
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