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La verdad detrás del satanismo

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La verdad detrás del satanismo
  • El satanismo se percibe como una desviación de los principios divinos y una afrenta a la moralidad establecida en la Biblia.
  • El satanismo es un culto condenado por Dios porque, quienes lo practican, adoran a una criatura y no a Dios.
  • El satanismo es inútil, porque Satanás es un ser creado, su poder está limitado a lo que Dios dice y hace.
  • Solo hay dos tipos de personas en este mundo: Los hijos de Dios y los hijos de ira. Los que Cristo ha limpiado con su sangre y los que la han rechazado.
  • El satanismo, más que una secta espiritual tenebrosa, es pecado porque abiertamente contradice los principios de quién es Dios y de Su Palabra.

 

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La verdad detrás del satanismo

La adoración es innata en todo ser humano porque fuimos hechos para adorar; sin embargo, la gran pregunta es: ¿Qué adoramos? O ¿A quién adoramos? La respuesta a estas preguntas nos dirigirá a reconocer a quién adoramos. No obstante, la Biblia solo nos describe dos tipos de personas: los hijos de ira y los hijos de Dios; los justos y los injustos que han sido rescatados por la fe en Jesús, o los que lo niegan con todo su ser adorándose a sí mismos.

¿Qué es el satanismo?

Las personas que pertenecen a este culto afirman que se trata de elementos opuestos a las creencias y al estilo de vida cristianos, a tal grado que buscan en Satanás, el enemigo de Dios, el centro de su religiosidad. De hecho, hasta existe una Iglesia de Satanás, fundada por Anton LaVey en la década de 1960. Este practicante de la magia negra proclamó el triunfo final de Satanás y la derrota de las fuerzas leales a Dios. De hecho, los satanistas tienen una biblia propia en la que utilizan versículos de la Biblia fuera de contexto.

Ahora bien, en el contexto de la fe cristiana, el satanismo se percibe como una desviación de los principios divinos y una afrenta a la moralidad establecida en la Biblia. El concepto central del satanismo, ya sea en su forma teológica o filosófica, es la adoración o la exaltación a Satanás como una entidad divina o como un símbolo de rebelión y libertad individual. Esta devoción al adversario de Dios está en marcado contraste con la cosmovisión cristiana que establece a Dios como la fuente suprema de autoridad y bondad. Desde esta perspectiva, cualquier forma de adoración o veneración a Satanás se considera una blasfemia y una violación directa del primer mandamiento bíblico: amar y adorar únicamente a Dios.

¿Qué enseña el satanismo?

El satanismo promueve principios que están en desacuerdo con los valores cristianos. Por ejemplo, mientras que el cristianismo enseña la humildad, la caridad y el servicio desinteresado a los demás, el satanismo a menudo aboga por el egoísmo, la indulgencia y la búsqueda del placer personal sobre todas las cosas. Además, el satanismo abraza prácticas y rituales que son considerados como pecaminosos desde una perspectiva bíblica. Por ejemplo, algunas formas de satanismo incluyen rituales de magia negra, invocaciones de entidades demoníacas y sacrificios simbólicos o rituales de sangre. Estas prácticas: la brujería, la hechicería y cualquier forma de participación en el ocultismo son prohibidas desde los tiempos antiguos en la Biblia (Dt 18:10-12).

Otra faceta del satanismo que contradice los principios bíblicos es su enfoque en la rebelión y la oposición a las estructuras de autoridad. Mientras que el cristianismo enseña el respeto por las autoridades civiles y religiosas como un reflejo del respeto por la autoridad divina, el satanismo a menudo promueve la desobediencia y la subversión como una forma de afirmar la libertad individual. Esta actitud desafiante está en desacuerdo con las enseñanzas bíblicas que nos instruyen a someternos a la voluntad de Dios y a respetar la autoridad establecida (Ro 13:1-7).

¿Qué implicaciones tiene?

El satanismo no solo implica la adoración directa de Satanás como una deidad, sino también cualquier forma de rebelión o desobediencia a Dios y a sus mandamientos. Esto incluye no solo las prácticas explícitas de adoración satánica, sino también cualquier actitud o comportamiento que se opone a los principios morales y espirituales establecidos en la Biblia.

En última instancia, el satanismo se percibe como un pecado porque va en contra de la voluntad y el designio de Dios para la humanidad. Desde una perspectiva bíblica, cualquier forma de idolatría, rebelión o desobediencia es considerada como una ofensa grave contra Dios y su autoridad. Por tanto, todo promotor o persona que comulgue con las enseñanzas satánicas necesita el evangelio o de lo contrario está destinado al infierno.

La Biblia afirma la destrucción eterna de Satanás (Ap 20:7-10) y Jesús lo ha vencido en la cruz el día de hoy para todo el que cree en Él (Heb 2:14; Col 2:15). Satanás ha sido desde el principio un mentiroso y un ladrón (Jn 8:44) y es el enemigo de Dios, el Creador Soberano del mundo y de cada persona, así que Dios está sobre él (2 Ts 2:9-15). Satanás es creación de Dios, por lo tanto, está subordinado a Él (Is 14:12). Así que, Satanás es un falso dios como muchos de los hombres que siguen sus pasos, aunque no se denominen satanistas, su forma de vivir aprueba que no son hijos de Dios. Recuerda que si no conocen a Cristo, serán rechazados en el día del juicio.

En conclusión, el satanismo se percibe como un pecado desde la perspectiva de la fe cristiana debido a la adoración de Satanás y porque su promoción de principios y prácticas son contrarios a la Biblia, así como su actitud de rebelión y desobediencia hacia Dios. Por lo tanto, se considera como un desvío peligroso del camino de la rectitud y la salvación para aquellos que anhelan la eternidad. El llamado es a conocer a Dios con un corazón contrito y humillado, a través de Jesús revelado en la Biblia. 

 

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Recursos

https://answersingenesis.org/es/biblia/y-que-hay-de-satanas-y-el-origen-del-mal/

https://www.gotquestions.org/Espanol/creo-Dios-satanas.html

 

 

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