¿Las mujeres divorciadas pueden servir a Dios?
Nov 13, 2024- Las mujeres tenemos valor que viene de Dios.
- Las divorciadas no han perdido su identidad en Cristo.
- Las divorciadas no han perdido la imagen de Dios.
- Al ser hijas de Dios, también han recibido una nueva identidad.
- Hay esperanza para ellas y una oportunidad de servir a Dios con los dones y talentos que les ha dado.
Suscríbete gratis aquí para conocer los recursos bíblicos que te acercarán más a Dios y a conocer su palabra.
¿Las mujeres divorciadas pueden servir a Dios?
Hace tiempo que pude ser testigo del servicio de una mujer de Dios que parece ser incansable. Ella tiene un ministerio paraeclesiástico hermoso que está respaldado por su iglesia local y tuve el privilegio de presenciar la pasión que tiene por mostrar el evangelio y ayudar a otras mujeres a conocer más a Dios por medio del estudio de la Palabra.
La vi llorar y también orar por mujeres más jóvenes y por niñas, de la misma manera la vi amar a las mujeres mayores dándoles honra y respeto al cuidarlas, escucharlas y amarlas. Esta mujer me mostró cuánto ama a Dios con la manera en la que ama a las mujeres que tiene cerca. Yo fui muy bendecida y enriquecida los días que pude estar conviviendo con ella y, asimismo, escuché acerca del duelo que se vive después de un divorcio. Sí, ella es una mujer divorciada que ama a Dios y que le sirve con lo que Él ha puesto en sus manos.
¿Las mujeres divorciadas pueden servir a Dios? Sé que esta pregunta puede parecer extraña, pero la realidad es que en algunas denominaciones o iglesias en particular, las mujeres divorciadas no pueden servir a Dios de ninguna forma. Es como si estuvieran silenciadas y olvidadas; es como si hubieran perdido su identidad cuando dejaron de estar en la unión con su esposo.
Hemos de recordar que toda mujer tiene la imagen de Dios plasmada en ella porque fuimos hechas a la imagen y semejanza de Dios. Génesis 1:27 nos dice: «Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó», por tanto, nuestra identidad viene de nuestro Dios, no de nuestro estado civil, edad, nacionalidad o sexo. Somos de valor gracias a Dios y no por lo que somos o hacemos en el día a día. En el mismo orden de ideas, cuando recibimos la salvación de parte de Dios por medio de Cristo, obtenemos una nueva identidad, porque, como está escrito en Colosenses 3:4:
«Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces ustedes también serán manifestados con Él en gloria» (Colosenses 3:4, cursivas añadidas). Cristo, nuestra vida… Esa es nuestra identidad. Tenemos una nueva identidad, la de Cristo. Estamos en él, le pertenecemos, somos miembros de su familia. Nuestra identidad está ligada a lo que amamos con todo nuestro ser, lo que nos ofrece esperanza, lo que nos da plenitud; es decir, encontramos nuestra identidad en el objeto de nuestra adoración. Por eso, nuestra identidad está ligada a la obra de Cristo, a lo que hemos recibido de Él.[1]
Nosotras tenemos una nueva identidad, ya no somos lo que otros decían que éramos, inclusive, lo que nosotras pensábamos de nosotras mismas, sino que somos lo que Dios ha dictado; y Él ha dicho que somos sus hijas, amadas, elegidas, apartadas para Él, santificadas, limpiadas y redimidas; así que todo eso suple la falsa identidad del divorcio.
Nueva identidad que sirve a Dios
Las mujeres divorciadas nunca han perdido el valor que Dios les ha dado y jamás han perdido la identidad con la que Cristo las selló, por el contrario, siguen conservando la imagen de Dios plasmada en ellas, así que su servicio no está cancelado, ¡ellas pueden seguir sirviendo de maneras maravillosas!
La vida y el servicio de mujeres divorciadas es de mucha bendición a la iglesia, sobre todo si responden al llamado de Tito 2:3-5 que nos dice:
A las ancianas, enséñales que sean reverentes en su conducta, y no calumniadoras ni adictas al mucho vino. Deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios.
A pesar de que muchas de nosotras podríamos preguntarnos: ¿qué podrían enseñarle a las más jóvenes acerca de matrimonio y/o crianza? Dios puede usarlas para traer esperanza, consejos sabios a través de lo que han aprendido de Él en su proceso de divorcio. Pensar lo contrario sería negar que Dios puede redimirlas y usarlas. Con seguridad considero que muchas de ellas son mujeres sabias. No menospreciemos lo que estas hermanas nos pueden enseñar o guiar a aprender de sus historias de vida, pero, sobre todo, de su historia con Dios. En la soberanía de Dios nada se desperdicia, ni siquiera el proceso de divorcio de algunas mujeres. Por ende, mostremos a Cristo dándoles amor, compasión y siendo cercanas a ellas de manera que podamos servirles mejor.
¡Dios nos use para edificar su cuerpo!
Aprende
Lee Tito 2:3-5 y piensa en las maneras prácticas que podrías servir a la iglesia de Cristo si eres una mujer divorciada. Si no lo eres, piensa cómo podrías animar a una mujer divorciada a responder al llamado de Tito 2.
Vive
¿Hay mujeres divorciadas en tu iglesia? ¿De qué maneras podrías animarlas a servir junto contigo? ¿Eres una mujer divorciada? ¿De qué formas estás sirviendo a Dios? Animémonos unas a otras a ejercer la hospitalidad, el compañerismo y el hacer vida unas con otras.
Lidera
No pierdas la oportunidad de amar y servir a una mujer que está pasando por el duelo de un divorcio. Como iglesia, llámala, se presente en su vida, ora por ella y con ella. Recuérdale que en Cristo hay esperanza y que en Él está su identidad.
Recursos
https://www.avivanuestroscorazones.com/mujer-verdadera/blog/mentira-el-divorcio-es-la-mejor-opcion/
[1] de Fernández, K. (2023) El temor y nuestra sed de aprobación (p. 115). Grand Rapids Michigan.
¡Únete Reformadas hoy!
Y accede a los estudios Bíblicos gratuitos que satisfacen tu alma y aumentan tu fe.