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Lo que no puedes negociar como esposa

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Lo que no puedes negociar como esposa
  • Los «no» negociables de una esposa son:
    • Cultiva tu relación con Dios
    • Honra y respeta a tu esposo.
    • Habla bien
    • Cuida tu hogar
  • Cultivar una relación con Dios te recuerda cuánto necesitas de su ayuda, dirección y sabiduría.
  • Cultivar una relación con Dios te recuerda cuánto necesitas al Espíritu Santo para matar tu pecado y obedecer a la verdad.
  • El respeto a tu esposo es un «no» negociable porque Dios lo ha colocado como cabeza de tu hogar.
  • La honra a tu esposo es un «no» negociable porque Dios te lo ha dado para cuidarlo y ayudarlo adecuadamente.
  • El hablar bien de tu esposo no es engañar o esconder lo que sucede, si hay algo que debes decir, hazlo en consejería para pedir ayuda.
  • El hablar bien de tu esposo es un «no» negociable porque hablas mal de tu propio cuerpo. En Cristo, ustedes son uno.
  • El cuidar de tu hogar es un «no» negociable porque refleja tu agradecimiento a Dios por lo que te ha dado a administrar para su gloria.

 

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Lo que no puedes negociar como esposa 

Hace unos días leí un libro sobre frases inspiradoras para el matrimonio. Las frases son claramente motivacionales, es decir, basadas en los sentimientos y la búsqueda de la felicidad individual. Sin embargo, leerlas me hizo pensar en la razón del sufrimiento en los matrimonios actuales: su fundamento está basado en expectativas y relativización de lo que se debe o no se debe hacer. ¡Cuánto bien nos hace tener la Biblia porque es nuestro estándar moral y espiritual! Ningún matrimonio es igual. Todos tienen sus reglas, su cosmovisión de vida y su forma de hacer las cosas que los distingue de otros, pero ¿habrá «no» negociables para la esposa?

¿Cuáles son los «no» negociables de una esposa?

Exploremos juntas lo que dice la Biblia acerca de estos no negociables basado en dos pasajes: Efesios 5:22, 24, 33 y Tito 2:3-5. Seguramente ya los has leído, pero como a todas nos ocurre, a veces negociamos lo que sabemos que no es negociable por desobediencia a la voluntad de Dios. Es decir, como si Dios nos dijera: te dejo estos mandatos, léelos y cuéntame qué te parecen, si no aplican para ti, déjalos e invéntate otros, al final, lo que deseo es que seas feliz. No lo decimos en voz alta, pero nuestros frutos sí lo dicen. 

Disciplinas espirituales

No podemos llevar a cabo nuestro rol de esposa en nuestras fuerzas. Estar en la Palabra, en oración y en comunidad no es negociable, es lo que nos nutre y renueva nuestra mente para conocer más a Dios y ser santificadas por el Espíritu Santo. El mundo te llama a esforzarte en hacer externamente, ir al cine, tener citas románticas, escribirse notas, lo cual no está mal, pero no es lo que verdaderamente sostiene a un matrimonio, porque el cambio inicia en nuestro corazón.

Ahora bien, sí, es cierto que necesitamos esforzarnos. Sin embargo, el esfuerzo tiene dos vertientes: la primera, orar y buscar a Dios en su Palabra todos los días para reflejar en quién dependemos; y la segunda, nuestro esfuerzo permeado de la verdad que nos motiva a obedecer a Dios porque lo amamos más que a nuestra vida. Las disciplinas espirituales nos muestran la necesidad diaria que tenemos de Dios para responder en obediencia. El matrimonio sí es difícil, pero cuando una esposa temerosa de Dios ama más a Dios que a su esposo y a ella misma, entonces camina en la dirección correcta: glorificar a Dios con su vida; su esfuerzo está sostenido por Dios porque su copa está rebosando.

Priorizar y honrar a tu esposo

Nada ni nadie puede estar arriba de tu relación con Dios, y enseguida sigue tu esposo. Inmediatamente. Es Dios quien lo ha destinado así (Gn 2:18). Eres la ayuda idónea de tu esposo, por lo tanto, juntos hacen avanzar el reino de Dios invirtiendo sus vidas en el llamado que Dios les ha hecho. A las esposas, Dios les dice: «Las mujeres estén sujetas a sus propios maridos como al Señor. Y que la mujer respete a su marido» (Ef 5:22, 33b). Es decir, nuestra labor como esposas no es manipularlo, controlarlo ni mandarlo, es orar por Él para que tome las mejores decisiones a favor del hogar porque su acción refleja lo siguiente: «Así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo» (Ef 5:24). No se trata de nosotras, se trata de Cristo.

Hermana, este mandato no es negociable porque Dios lo instituyó así para el bien de la mujer, ya que si no hay liderazgo el pueblo se desenfrena. Por la caída, las mujeres leemos esto e instantáneamente nos incomodamos. Empezamos a formular argumentos para no creer que Dios lo dijo y le creemos a la serpiente: «¿Con que Dios les ha dicho… no, no morirán?» (Gn 3:1,4). Tu rol como esposa es influenciar a tu esposo al respetarlo en sus decisiones, aun si no te parecen o sean malas decisiones. Dios es justo, todo lo ve y Él obrará según su justicia frente a una esposa de rodillas. Dios no puede ayudarte si tu respuesta a su mandato es desobediencia. No pierdas de vista que un esposo realiza mejor su labor de líder cuando su esposa lo respeta, lo honra y lo alienta porque ella está llena de Jesús. Recuerda: ser ayuda idónea y sujetarse a su esposo es el diseño original de Dios.

Habla bien

No es casualidad que la Biblia exhorte a las esposas a ser sabias para no derribar su hogar con lo que hacen (Pr 14:1). La sabiduría es conocimiento aplicado, es decir, el fruto o la práctica de lo que crees y conoces. La Biblia está llena de mandatos y consejos sobre cómo hablar bien a otros. Hablar bien también implica no murmurar o hablar mal de tu esposo. Esto no quiere decir que calles lo que sucede en tu relación si estás buscando consejo para tu matrimonio, este principio de hablar bien que procede de la honra y respeto a nuestros esposos se refiere a no burlarse o ridiculizar los defectos de tu esposo con tus amigas u otras personas.

Otra implicación es no mandarlo, gritarle o burlarte de él en público o aprovechar a desahogarte o quejarte de él con su familia, con tu familia o con otros. Los gestos de negación, el levantar los ojos cuando habla e ignorarlo también es una falta de respeto. Aun cuando todo esto sucede porque están enojados, espera para hablarlo con él o con las personas que los discipulan. Recuerda, en Cristo son una sola carne –son uno. El pecado nos nubla de tal manera que perdemos de vista que el matrimonio es la relación más importante que necesitamos cuidar, prestar atención y cultivar. Damos cuenta a Dios por lo que hacemos y decimos dada la importancia que el matrimonio tiene en el Señor y para el mundo.

Cuida tu hogar

En este tiempo, que el cuidado del hogar esté adjudicado exclusivamente a la mujer suena retrógrado. Con el avance de la tecnología tenemos muchos aparatos que nos ayudan a ser eficientes con nuestras actividades. Sin embargo, esto no resta importancia a una mente maestra que esté al tanto de lo que sucede en su hogar para ayudar a su esposo en la tarea que realiza. Si bien es cierto que cada hogar trabaja de diferentes maneras, como asignar quién lava los platos o quién saca al perro o la basura, no podemos negar que la Biblia adjudica a la mujer la responsabilidad de cuidar su hogar. Entendemos que la Biblia fue escrita hace miles de años, pero los principios que extraemos de los mandatos de Dios no pasan de moda, si fuera así, tendríamos que descartar toda la Biblia y ser nosotras quienes digamos qué sí y qué no aplica hoy. Por lo tanto, estar al tanto de nuestro hogar no es negociable.

Pablo enseña que las mujeres enseñen a otras lo que es bueno, esto es: «que amen a sus maridos, que amen a sus hijos, que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada» (Tit 2:4-5). Aun cuando tengamos un trabajo, que nuestra mente y corazón prioricen el cultivar un hogar que refleje el evangelio. Un hogar bien cuidado alaba a la esposa, y por ende, al matrimonio porque es una aventura de dos siendo uno. Recuerda: Dios nos ha dotado de un diseño especial con cualidades únicas para administrar nuestros hogares de tal manera que seamos compañeras con nuestro esposo, en vez de ser estorbo, carga o frustración.

Conclusión

Hay mucho más que podría escribirte. Sin embargo, la honra y el respeto a tu esposo, tu forma de hablar que refleja lo que hay en tu corazón y el cuidado de tu hogar como el lugar donde hacen familia son los no negociables más importantes que encontramos en la Biblia. Como hija de Dios, el primer no negociable es tu tiempo con el Señor porque de ese tiempo es que proviene la sabiduría, el conocimiento y las fuerzas para obrar en verdad y en fe. Querida esposa, persevera en creer en los principios bíblicos, no permitas que tus sentimientos y las filosofías de este mundo te engañen para no obedecer la voz de Dios descrita en la Biblia. Ama a tu esposo, honra a tu esposo, habla bien de tu esposo y cuida tu hogar para cultivar una familia que glorifique a Dios junto a tu esposo.

Recuerda que el matrimonio no se trata de ti o de tu felicidad, tampoco se trata de que otros te alaben. El matrimonio está llamado a reflejar la relación de Cristo con su iglesia, tanto el esposo como la esposa representan su dependencia de la Cabeza, Cristo. ¿Cómo dependes de Dios en los momentos difíciles durante tu matrimonio? ¿Qué principios bíblicos negocias para tener la razón o culpar a tu esposo? Medita en estos no negociables y pide a Dios que te ayude a obedecerlo, sostenerte de Él y abrazar su verdad como el mejor testigo de quién eres en Él.

 

Aprende

¿Cuáles son los no negociables en este artículo?

Vive

¿Qué pasa si tu esposo no es cristiano? El apóstol Pedro nos enseña: lee 1 Pedro 3:1-5. Extrae la enseñanza que Dios nos enseña. En estos pasajes puedes notar que los no negociables también están presentes. Haz una lista de las áreas que más se te dificultan, ora al Señor, y si es necesario, busca ayuda o haz un plan de cómo despojarte de lo que hay en tu corazón que se niega a aceptar las verdades de Dios y ponte manos a la obra.

Lidera

¿Conoces a alguien que esté atravesando un período difícil en su matrimonio? Comparte este artículo con ella y camina con ella.

 

Recursos

https://www.compellingtruth.org/Espanol/esposa-piadosa.html

https://volvamosalevangelio.org/8-herramientas-para-una-esposa-piadosa/

 

 

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