¿Mujeres en la política? El ejemplo de Catalina de Borbón
Oct 04, 2023- Catalina de Borbón fue una mujer criada en un hogar de fe protestante en medio de una nación que en su mayoría estaba liderada por la religión católica romana.
- Al contrastar los principios de la fe cristiana frente a la corrupción de la época, Catalina, influenciada por su hermano y mamá, fue regente de gobierno en provincias de Francia.
- Basada en su fe, promulgó la libertad de fe para que el catolicismo romano no fuera la única religión a seguir, y permaneció firme en lo que creía dentro de la política.
- Se casó por un tratado político que hizo su hermano, que era rey en ese momento, pero bajo la condición de no negar su fe protestante. No tuvo hijos y murió de una enfermedad.
- Su legado, del que poco se lee, fue controversial en ese tiempo porque una mujer debía compartir la fe de su esposo, y más si estaba en un puesto de poder.
- Aunque fue excomulgada por su decisión, ella no vaciló en poner en práctica los principios reformados para regir su posición en la política de Francia.
- Ella nos enseña que somos llamadas a mostrar nuestra fe sin temor, con coherencia y para la gloria de Dios, donde sea que Él nos coloque para servirle, dentro o fuera de la iglesia.
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¿Mujeres en la política? El ejemplo de Catalina de Borbón
Independientemente del lugar donde Dios te ha colocado para trabajar, ya sea dentro de la iglesia o fuera de ella, todo lo que haces importa para Dios y para tu prójimo. La importancia radica en ser firme y fiel a la fe que profesas, aunque eso implique rechazo, dolor, sacrificios y demás. Esta fe firme no significa llevar una vida perfecta, sino llevar una vida de humildad, consciente de tu necesidad y dependencia de Dios para que solamente Él sea glorificado. Aprendamos de esto y más en la vida de nuestra mujer de fe: Catalina de Borbón.
¿Quién fue Catalina de Borbón?
Catalina nació en París el 7 de febrero de 1559 y murió el 13 de febrero de 1604 en Francia. Fue hija de la reina Juana de Navarra y Antonio de Borbón, y nieta de Margarita de Navarra. Tanto su madre como su abuela fueron ejemplares en cultura y amor por su fe reformada, principios sobre los cuales, tanto Catalina como su hermano (el futuro rey de Francia) fueron criados. Por ello, fue conocida como una política defensora de los derechos de libertad y de la doctrina calvinista, es decir, la doctrina reformada que se colocaba contra la enseñanza papal.
¿Cuál fue su historia?
Su madre fue un pilar importante en su vida, ya que la crió bajo dos conceptos importantes en cuanto a su fe: firmeza y hasta la muerte. Catalina fue un ejemplo de firmeza en su fe. Mayormente, fue educada en las artes, cultura y en el temor de Dios bajo las dificultades que se vivían a su alrededor, tanto de guerras como de persecuciones religiosas. Pero luego, ella aprendería otro tipo de sufrimiento por la fe: la deserción de fe de su hermano a causa del poder.
A la edad de 13 años, Catalina perdió a su madre, y París era un lugar terrible para vivir. Al tiempo, su hermano fue coronado rey de Francia en el año 1594, y le propuso negar su fe en favor del poder y bajo amenazas de negarle su protección, a lo que Catalina le contestó: “Si me desamparas, Dios nunca lo hará: esa es mi confianza. Prefiero ser la más miserable en la tierra, que dejarle por los hombres”[1].Catalina siempre mostró gran respeto a su hermano, como hermano y como rey, pero sin negar su fidelidad al fundamento donde se encontraba la fuente de toda autoridad y respeto: la Biblia.
Catalina prosiguió en su caminar de fe, pero también, consciente de que a través del conocimiento bíblico podía hacer cambios en su nación. En 1577, a la edad de 18 años, fue nombrada por su hermano como regente de sus territorios. Se dedicó en cuerpo y alma a la preservación de la obra religiosa y política que había iniciado su madre. No fue fácil, pues debió defender los derechos de esos territorios en el proceso de coronación de su hermano (Enrique III de Navarra y IV de Francia). Al final, quedaron excluidos de la anexión a Francia, conservando su autonomía y leyes propias.
Catalina fue la reconocida defensora de los derechos de los hugonotes en la corte (ellos eran los protestantes de doctrina calvinista de Francia durante el tiempo de las guerras de religión) donde ganó para ellos batallas muy importantes, aunque sin el ruido de armas en el campo abierto. A pesar de que solo fue regente de unos pequeños y problemáticos territorios, fue toda una mujer de estado, pero sin seguir los patrones de la época.
Como cristiana fiel era consciente de sus deberes y responsabilidades, accedió casarse con quien su hermano le pidió como parte de un tratado político en 1599. Su esposo, Enrique, el hijo mayor del Rey Carlos III. Ella aceptó bajo la condición de conservar la fe protestante reformada. Se negó a convertirse al catolicismo romano, mientras su esposo continuó siendo un católico devoto. Ella fue excomulgada por el papa Clemente VIII. Murió de una enfermedad llamada pleuresía en el palacio ducal de Nancy, sin dejar hijos de su único matrimonio. En una de las declaraciones sobre esto, Catalina escribió:
“Oh Dios, tú has prometido, por tu bondad divina, ayudar a los afligidos que acuden a ti. Mi corazón está lleno de aflicción. Padre, consuélame, hazme sentir el efecto de tu favor divino... Mi pecado aborrezco. Perdóname, Señor, mira tu promesa y no mi error, en tu bondad espero, no en mi inocencia... Cuando hay que ir a escuchar tu palabra, mis pies se entumecen y van a paso lento, pero si hay que ir a las diversiones mundanas, en lugar de caminar, parece que vuelo... Pero recíbeme, Señor, de mirada dulce y propicia, pues reconozco mis pecados ante ti. Mira a tu amado Hijo, sacrificado por mí, quien tomando mis pecados, me reviste de su justicia”[2].
¿Qué podemos imitar de ella?
Muchas de estas mujeres de fe sufrieron, pecaron, erraron, así como nosotras. Sin embargo, fueron ejemplo en áreas que hoy en día no tenemos ejemplo, y además, también fueron ejemplo de fidelidad a la fe que en su tiempo era literalmente de vida o muerte.
En este sentido, nuestra Catalina de Borbón no es la excepción. No se tiene mucha información de lo que realizó porque, además de ser prostestante en una época y lugar donde imperaba la religión católica romana, también imperaba la exclusión de la opinión, estudios y valor de la mujer. Esto no significa necesariamente que Catalina fuera feminista, sino que mostró tener una fe fuerte e inamovible frente a circunstancias adversas en momentos adversos y en posiciones de gobierno o poder irregulares a las mujeres hasta el día de hoy.
De ella podemos imitar que debemos ser fieles a lo que creemos y vivirlo sin temor y sin importar el lugar en el que Dios nos ponga, incluso si es fuera del servicio eclesiástico, porque sabemos que toda labor que hacemos es para el Señor. No es fácil por el temor al hombre, a la pérdida de un trabajo, de oportunidades y demás. Pero, así como ella, nosotras tenemos en Cristo suficiente razón para no temer a estas circunstancias, sino temer a Dios. Estamos seguras en Él, estamos aprobadas por Él y grandemente amadas por Él.
Ella obró su cargo público sin negar la fe en Jesús. Aunque hubo altibajos en su vida, no la llevaron a negar su fe, en cambio, su fe creció en humildad y dependencia de Dios. Puesto que no se trata de ser cristianas perfectas, sino de ser cristianas auténticas, íntegras que reconocen que aún luchan con el pecado y que lo llevan a la cruz constantemente porque se saben revestidas de la justicia del Salvador Jesús. Así que te animo a que seas fiel en el lugar donde Dios te ha colocado, no niegues tu fe y defiende lo bueno, lo justo y que trae gloria a tu Señor y Salvador Jesucristo.
Aprende
¿Qué hizo Catalina de Borbón?
Vive
Lee 1 Corintios 10:31-32 y evalúa tu vida a la luz de este pasaje. ¿Cómo muestras tu fe a otros? ¿Tienes algún temor para mostrar y defender tu fe? ¿Cuál es? Ora al Señor en cómo responder a lo que resulte de este artículo y para que te guíe en tomar decisiones.
Lidera
¿Cómo modelan a otros los principios de fe que confiesas? ¿Qué puedes hacer intencionalmente?
Recursos
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/trabajo-ministerial-trabajo-secular/
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/deben-los-cristianos-inmiscuirse-la-politica/
[1,2] R. Ritter: Lettres et poésies de Catherine de Bourbon (1570-1605). Paris, Champion, 1927.
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