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¿Por qué Jesús quiere mi dinero?

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¿Por qué Jesús quiere mi dinero?
  • Muchos cancelan o rechazan a Jesús al cancelar a sus representantes que han pecado en cuanto a pedir ofrendas. 
  • Jesús nos enseña a través de la viuda que dio lo último que tenía que no se trata de la ofrenda, sino del corazón con el que ofrendas.
  • Jesús también enseña que esta viuda dio lo último que tenía porque confiaba en el Dador mucho más que en tener dinero.
  • Jesús tomó esta acción de la viuda como una enseñanza para contrastar la acción de los escribas que se aprovechaban del dinero de las viudas.
  • No ofrendamos para que Dios nos multiplique o nos bendiga, ofrendamos porque confiamos en las promesas de Dios.
  • Ofrendamos porque deseamos que el Reino de Dios avance a través de las misiones y las diferentes  iniciativas de nuestras iglesias locales.
  • Antes de cancelar a Jesús y a sus representantes por pedir ofrenda, analiza si eres un escriba o eres un discípulo de Jesús.

 

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¿Por qué Jesús quiere mi dinero?

“Cuando de dinero se trata, el corazón es lo que conocerás”. Este pensamiento es similar al dicho: “Coloca a una persona en el poder y sabrás de qué está hecha”. La Biblia dice: “Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores” (1 Ti 6:10). Este pasaje cobrará sentido a medida que leemos la historia de esta viuda pobre, en la que encontramos dos descripciones sobre ella que en el tiempo de Israel no la hacían popular, pero que en nuestro tiempo se usarían para señalarla como víctima y para acusar a quienes no la ayudan y le piden ofrendar a pesar de su pobreza.

El escenario

Los escribas, gentiles y judíos se encuentran cerca del lugar del arca de la ofrenda que estaba en el patio de las mujeres, llamado así porque era lo más cerca del santuario que las mujeres podían llegar. Allí se encontraban trece cajas en forma de trompeta donde los fieles depositaban sus ofrendas voluntarias. La trompeta de las arcas amplificaba el sonido de las monedas cuando se echaban para que todos supieran cuando los ricos depositaban.

En este escenario nos encontramos con la viuda que, a pesar de su estado social y económico, muestra una devoción indiscutible. Ella deposita en esta arca dos blancas, que son monedas de cobre de muy poco valor. Sin embargo, para ella significó más que las grandes sumas de los ricos, porque dio a pesar de su pobreza, y dio todo lo que tenía. Jesús la ve y la toma de ejemplo para exclamar: «“En verdad les digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro; porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir”» (Mc 12:43a-44).

Por allí estaban los escribas observando todo movimiento de Jesús. Seguramente estaban molestos porque, antes de esto, Jesús dijo contra ellos: «“Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, y aman los saludos respetuosos en las plazas, los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes; que devoran las casas de las viudas”» (Mc 12:38b-40a).

Quizá también se encuentra alguien que diga: “¿Cómo es que Jesús, que dice ser Dios, ve a la viuda dando lo último que tiene y no le dice que no se preocupe, que no tiene por qué dar eso último? La verdad es que así son todos los religiosos, siempre andan pidiendo dinero para enriquecerse y no consideran a los más pobres”. Este pensamiento sigue en nuestros días. Cuando se refiere a dinero, las personas juzgan, pero solo Dios ve el corazón.

Interpretación

Sin embargo, si lees todo el capítulo se encuentra este pasaje, te darás cuenta que quienes realmente estaban obrando mal y de manera hipócrita eran los escribas. Hoy cancelaríamos a Jesús debido a este tipo de líderes que lo representan, pues ponemos sobre la misma balanza a todos los que se llaman cristianos.

Los escribas realmente eran quienes buscaban la gloria para ellos y pedían dinero a las ciudad en lugar de cuidarlas y protegerlas como la ley lo requería (Ex 22:22-24).  Eran ellos quienes acusaban a Jesús de sanar a enfermos en el Día Sábado, los que se aprovechaban de su título o posición dentro de la comunidad judía para quitarles a las viudas su dinero. Algunas veces juzgamos a otros por lo que nosotros estamos haciendo.

Jesús sí observó cómo esta viuda echaba el dinero en el arca. El apóstol Juan nos dice que Jesús, por ser Dios, conoce todas las cosas y ve los corazones de las personas (Jn 2:23). El contraste que hace Jesús es precisamente hacia el corazón de los escribas y al de muchos hoy. Ya sea porque se mueven en compasión por la viuda, lo cual es bueno, pero terminan cancelando o condenando a Jesús por la ordenanza de ofrendar. Ellos piensan que siempre hay uno que se aprovecha de otro, y en nuestra cultura actual, esta forma de pensar se ha magnificado al punto de victimizar a personas que realmente no lo son.

Enseñanza

Notemos que la acción de esta viuda llamó la atención de Jesús, el Maestro. Quizás ella siempre lo hacía, pero nadie lo había notado hasta que Jesús lo hizo. A Jesús le llamó la atención la devoción de esta mujer, contrario a valorar el ruido que hacía la trompeta cuando el rico echaba mucho dinero en el arca. La razón es que Jesús no mira la cantidad de dinero, sino la intención con la que se ofrenda. En la historia de esta viuda podemos ver que ella dio confiando en el Dador. ¡Esto es lo que Jesús está contrastando con los ricos y la actitud de los escribas! Primeramente, la viuda nos enseña que cuando ofrendamos lo hacemos voluntariamente, no por recibir bendición o para que sea multiplicada ni porque alguien nos obliga hacerlo, sino porque confiamos nuestra vida al Dador.

2 Corintios 9: 5b, 7 dicen: “Prepararan de antemano su generosa ofrenda, ya prometida, para que la misma estuviera lista como ofrenda generosa, y no como por codicia”. “Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría”. 

No sabemos mucho de esta viuda, no sabemos si luego se encontró con Jesús, no sabemos de su vida. Lo que sí sabemos es que su acción fue escogida por Jesús para enseñarnos sobre nuestro corazón y el dinero. Jesús también usa esta historia no meramente para hablarnos del dinero, nos está apuntando a lo que Él iba hacer en la cruz. Jesús se entregó por nosotros completamente, desde su vida perfecta, su muerte terrible y su victoria en la resurrección para darnos una esperanza y un futuro eterno, así como nuestro presente en este mundo (Ef 5:2; 2 Co 8:9)

Aplicación

Lo cierto es que la ofrenda debe hacer dos cosas en tu corazón: primero, reconocer que Dios es proveedor, realmente nada te faltará (Fil 4:10-13; Sal 23:1).  Segundo, recordar que toda ofrenda está haciendo algo en tu corazón. Además de testificar de quién dependes, también está ayudando al avance de las misiones que las iglesias locales debieran hacer con el dinero. Aun así, si alguien hace mal uso de nuestras ofrendas, Jesús está enseñando que cada uno recibirá la condenación que merece (Mc 12:40b), y los que confían en el Señor, así como esta viuda, vertirán todo por Él y Él cumplirá sus promesas.

Antes de cancelar a Jesús y a sus representantes por el tema de la ofrenda, observa tu corazón. ¿Cómo está tu corazón? ¿Qué desea? ¿Por qué ofrenda y cómo? Los escribas, siendo avaros y deseando el dinero de las viudas en secreto (según ellos), menospreciaban a esta y a muchas viudas desobedeciendo la ley que usaban para condenar a Jesús. Quedaron opacados ante la verdadera devoción por Dios: obediencia por amor. Después de este suceso, Jesús procede hablar de la destrucción del Templo y las señales del fin,  todo para ilustrar que el verdadero juicio vendrá, ninguna buena obra disfrazada de piedad o devoción los puede salvar, solo la fe en Jesús, solo la confianza en quién es Él. Jesús dio todo su ser en la cruz para que ahora nosotras demos todo por Él, y no necesariamente significa dinero, sino la motivación de nuestro corazón. 

No canceles a los cristianos por ofrendar, cancela la avaricia con la que muchos lidian, cristianos y no cristianos. Si tú la ves en tu corazón, antes de juzgar a otros por su mal testimonio, ve a tu habitación, cierra la puerta detrás de ti, ora al Padre que está en los cielos, ponte a cuenta con Él sobre cualquier situación con un hermano y lleva la ofrenda que has dispuesto y puedes dar al altar, luego, confía que Dios sigue siendo fiel en Jesús.

 

Aprende

¿De qué trata esta historia?

Vive

Lee Filipenses 4:10-20. Resume en una frase corta qué está diciendo Pablo a los filipenses. Luego, responde: ¿Cuál es mi corazón al dar mis ofrendas? ¿En dónde está mi confianza? Según sea tu respuesta, ora al Señor para que te ayude a cultivar un corazón generoso independientemente de las acciones de otros con respecto a la ofrenda.

Lidera

¿Cómo puedes animar a otros a ser generosos en vez de ser prejuiciosos?

 

Recursos

https://engraciaysabiduria.com/el-ejemplo-de-la-viuda-lucas-211-4/

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/la-conviccion-de-dar/

 

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