Rechazada por su fe: Renata de Francia
May 03, 2023
- Renata de Francia fue la Duquesa de Montargis, quien, por un tiempo, vivió su fe protestante en silencio por consejo de su esposo.
- Debido a su posición política y el descubrimiento de su fe por la correspondencia que mantenía con algunos reformadores franceses, fue declarada hereje.
- La condición para no matarla mientras estuvo en la cárcel y devolverle a sus hijos era negar su fe públicamente. Ante la presión, ella cedió.
- Sin embargo, luego de que su esposo falleció, ella proclamó y vivió públicamente su fe protestante, además de dar asilo a reformadores como Juan Calvino.
- Ella fue rechazada y desechada por las autoridades católicas, pero encontró consuelo, propósito y salvación eterna en Cristo.
- Puesto que Dios ha prometido perfeccionar la obra de salvación que Él inició en cada creyente, podemos estar seguras de que nadie nos arrebatará de su mano.
- Podemos perseverar en esta vida, podemos proclamar a Cristo porque Él nos sostiene y sus promesas de una mejor vida son verdad.
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Rechazada por su fe: Renata de Francia
¿Alguna vez has sido rechazada por tu fe en Cristo? ¿Has perdido amistades, familiares, o incluso una oportunidad de trabajo? Pues nuestra mujer de fe, Renata de Francia pasó por lo mismo que tú. Acompáñanos a conocer brevemente su historia y el resultado de permanecer firme en la fe una vez dada a los santos.
¿Quién es?
Fue la segunda hija del rey Luis XII de Francia, cuya mamá siempre había luchado por mantener la independencia de Bretaña de la corona francesa, e intentó legar el ducado de Montargis a Renata. Sin embargo, quedó huérfana a temprana edad, por lo que en 1527 se casó a la edad de 17 años con Hércules II del Este, quien era Duque de Ferrara. Ambos profesaban la religión católica romana. Fue una mujer tenaz y fuerte que protegió los intereses franceses y la fe protestante.
¿Cuál es su historia?
Renata y Hércules tuvieron cinco hijos, tres mujeres y dos hombres, quienes siguieron sus pasos en casarse con las personalidades de ese tiempo. Sin embargo, por la providencia de Dios, Renata inició correspondencia con algunos protestantes franceses por las dudas que tenía sobre cómo la iglesia católica llevaba a cabo la misa y lo que enseñaban sobre la salvación.
En el tiempo de la Contrarreforma, esto es la respuesta de la iglesia católica a la Reforma protestante que encabezó Martín Lutero, se introdujo un tribunal especial de la Inquisición en Ferrara en 1545 para decretar sentencia a aquellos seguidores de la Reforma protestante.
Ella fue alcanzada por el Señor, sin embargo, su fe era débil. Aconsejada por su esposo a no declarar públicamente su fe, continuó asistiendo a la iglesia católica. Sin embargo, se supo de su correspondencia, así que fue arrestada como hereje. Dado el puesto que ella tenía, tomaron todas sus posesiones y a sus dos hijas, y no las devolverían a menos de que ella se retractara. La condición para que volviera a ver a sus hijos era que negara la fe protestante que recién había manifestado tener. Cedió. Sin embargo, no pudo hacerlo mucho tiempo. Se negó a continuar profesando una religión solo de labios.
Abrió sus puertas a Calvino y a otros reformadores que buscaban asilo. Al morir su esposo, se trasladó a Francia, donde declaró que era protestante. Custodiada por dos capellanes, se retiró al castillo de Montargis, donde murió eventualmente a la edad de 64 años. No solo fue desechada por la política de ese tiempo, sino por la iglesia católica romana que la declaró hereje.
¿Cómo podemos imitarla?
Dios nos puede colocar en posiciones de trabajo, política, familiares que hacen difícil profesar nuestra fe cristiana. La vida de Renata nos recuerda las palabras de Jesús: “Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mt 10:33).
Lo que me hace meditar más en la providencia de Dios en la vida de Renata, porque a diferencia de otras historias de mujeres de fe, ella sí cedió a la presión católica por el consejo de su esposo y por la presión de ver a sus hijos. Admiramos el heroísmo de otras historias de mujeres de fe que seguramente no hubiesen cedido a esa presión.
Sin embargo, quisiera invitarte a pensar en tu propia vida junto con la promesa de Filipenses 1:6b que dice: “el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús". En el caminar de nuestra fe, aún tropezamos, aún fallamos, aún pecamos. Estamos siendo hechas a la imagen de Cristo cada día con cada circunstancia que enfrentamos. Renata hizo lo que pudo en ese momento al someterse a su esposo y cuidar de sus hijos, ella no podía vivir su fe como quería, aún era débil.
Pero Dios, que ya había iniciado la buena obra de salvación en su vida, la estaba perfeccionando, hasta el día en que proclamó públicamente que era cristiana. Ya no temió al rechazo de la opulencia que rodeaba su vida ni a las autoridades católicas. Ella solo quería a su salvador. Abrió las puertas de su casa para cuidar a aquellos que proclamaban esas verdades y creció en ellas por medio de estos hombres.
No podemos subestimar la obra que Dios hace en nosotras. Ciertamente, si hemos venido a la fe en Cristo, nadie nos arrebatará de su mano, nadie parará la obra de santificación en nuestras vidas. Entonces, sin temor, podemos proclamar a Cristo con nuestros labios y acciones hacia otros porque tememos a Dios. Podemos imitar su perseverancia a pesar de ser rechazada por su fe; ella no cayó en victimismo, sino en acción hacia otros para el avance del Reino de Dios.
Aprende
¿Quién fue Renata de Francia?
Vive
Lee Rut 1. Responde: ¿Qué similitudes encuentras en este capítulo sobre la actitud de Rut y Renata? ¿Qué atributos de Dios encuentras en este capítulo? ¿Cómo puedes imitarlas al conocer estos atributos? Luego, ora con gratitud por la bendición de tu salvación.
Lidera
Ora por aquella amiga que está en alguna posición de liderazgo o de autoridad, recuérdale las verdades de Mateo 10:33 y Romanos 8:35-39.
Recursos
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/renata_de_francia.htm
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/negarte-tomar-cruz/
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