DIOS Y LA MUJER
Mar 09, 2022
- Dios creó a la mujer a su imagen y semejanza
- El hombre y la mujer son diferentes en función pero iguales en valor y dignidad.
- Dios ha hecho a la mujer una ayuda adecuada para el hombre, una influencia buena, con dones y talentos para usarlos para su gloria en donde Dios la ha colocado.
- Dios obra en el corazón de la mujer de forma redentora para que viva para su Salvador.
- Jesús es la justicia de la mujer, Él es Su Señor y Salvador, ella está siendo transformada a Cristo porque le pertenece.
- La mujer glorifica a Dios cuando vive en sujeción su diseño.
- Las mujeres respetan, valoran y ayudan a sus hermanos para mostrar al mundo como se ve la familia de Dios.
Después de crear un mundo para su gloria, Dios creó a dos representantes a su imagen y semejanza con el mismo valor y dignidad, pero con diferentes funciones. Adán y Eva fueron creados y provistos de todo lo que necesitaban con el mandato de multiplicarse, administrar la tierra, alimentarse de ella. Este es el inicio de una hermosa historia, en la cual Dios mostró su sabiduría, bondad y soberanía en toda su creación.
Dios creó a la mujer con un rol particular: «Entonces el Señor Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda adecuada. “De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre” (Gn 2:18,22 NBLA).
Hasta ese momento, Dios había expresado que todo lo que había creado “era bueno”, pero cuando vio que Adán estaba solo, dijo: “no es bueno”. Esto quiere decir que la soledad de Adán no era buena. Él necesitaba una ayuda idónea para llevar a cabo el mandato de Dios (Génesis 1:27-30) para que juntos poblaran la Tierra y alabarán al Dios que los creó. Lastimosamente, Eva vio el árbol que Dios explícitamente había dicho que no debían comer como “bueno” para ellos (Génesis 3:6), al escuchar otra voz, que no era la de Adán ni la de Dios, sino de una intrusa que desvirtuó el mandato de Dios e hizo apetitivo el árbol para que ellos comiesen de su fruto.
Así fue la caída de todo ser humano, el pecado entró al alma y cuerpo, mente y corazón del hombre y la mujer. La armonía entre Adán y Eva fue reemplazada por acusaciones: “la mujer que me diste”, “la serpiente me dijo”. La desnudez pura fue reemplazada por la vergüenza. La verdad fue reemplazada por la mentira. La libertad fue reemplazada por el temor que se ve diferente en el hombre y la mujer hasta el día de hoy.
En medio de esa revuelta, Dios maldice solo a la serpiente, advirtiéndole que vendría una simiente —una semilla— que la heriría en la cabeza (Génesis 3:15) para siempre. Adán y Eva recibieron las consecuencias por su desobediencia, Dios los vistió y envió a un mundo golpeado por el pecado, pero con esperanza en esa simiente. A partir de ese tiempo, Dios escogió hombres y mujeres para hacerse de un pueblo que le sirviera y alabara.
El Dios que los creó, enseñó, vistió y guardó es el mismo Dios que envió a Su Hijo Jesucristo -la simiente- para vivir en la obediencia perfecta, morir por nuestros pecados y resucitar para una esperanza eterna, todo para nosotros creer en Él y ser salvos.
Por no leer detenidamente las Escrituras, podemos pensar que el Dios del Antiguo Testamento no es el mismo del Nuevo Testamento. Olvidamos el contexto en que los hechos sucedieron y juzgamos a Dios a partir de nuestra perspectiva, y no la de Dios. Por eso te di todo este contexto de creación y caída de manera que tú y yo nos pongamos en nuestro debido lugar frente a Dios: creación redimida por gracia.
Lastimosamente, así como Eva, el mundo -el centro operativo de satanás- nos engaña enseñando que la mujer no ha tenido justicia, incluso desde los tiempos antiguos, atribuyendo despropósito y bondad a Dios. Esto no es verdad acerca de Dios, más si es verdad acerca de los hombres pecadores. Ciertamente la mujer ha sido desvalorizada, lastimada y excluida como si no fuese igual en valor con el hombre.
El mundo confunde valor con rol, y el feminismo que hoy observamos no pide únicamente que las mujeres puedan votar, tener mejores salarios, o estudiar, sino que pide ser más que el hombre, justicia sobre todos los hombres por todo el dolor desde los tiempos antiguos e independencia de su rol de madre, ayuda idónea y sujeción a sus esposos. Las mujeres somos igualmente pecadoras que los hombres, no es hasta que vivimos en el diseño de Dios -trabajar en equipo complementándose- que todo cobra sentido. Ambos son santificados por medio de las promesas de Dios y la obra de Cristo Jesús por ellos.
El plan de Dios para la mujer siempre ha sido salvarla, que ella lo represente al hacerla semejante a Cristo (Ro 8:29) porque Sus propósitos siempre son redentores. Si creemos que Dios es bueno, todo lo que ha dispuesto para nosotras es bueno. La hermosa historia de Dios y la mujer culmina en la Persona de Cristo. Él es su esperanza, su verdadera justicia, Él es su Señor y Él es su Salvador. Él ha prometido amarla, perdonarla, sostenerla y guardarla para siempre, no ha prometido una vida sin sufrimiento, sino una vida de transformación continua para su gloria.
APRENDE
- ¿Qué pasaje describe la creación de la mujer?
- ¿Qué dice Dios sobre la razón de la creación de la mujer?
- ¿Cuál es el plan de Dios para la mujer?
VIVE
- Lee Génesis 2:18-24 y subraya las veces que Dios obra, lo que les dice a Adán y a Eva, y cómo ellos deben responder. Luego Lee Génesis 3:1-7 y haz lo mismo.
- Por último, Lee Romanos 5 y contrasta todo lo que Dios dice de Cristo para contigo. Luego ora en agradecimiento por su salvación.
- ¿Consideras que conoces a Dios? Después de leer estos pasajes, ¿Qué piensas de Dios? ¿Qué piensas de ti? ¿Cómo respondes a Dios?
LIDERA
- Busca una amiga que tenga una visión diferente de Dios con respecto a la mujer, y comparte este artículo con ella.
- Lee Génesis 1-3 y Romanos 5-8 con una amiga. Examinen juntas lo que Dios dice acerca de ustedes como su pueblo, sus hijas.
- Comparte el evangelio con una amiga que no conozca al Dios que ama a las mujeres.
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