El Complot
Mar 11, 2021Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón. Génesis 3:15
Se oye un grito en Ramá, lamentos y amargo llanto. Es Raquel, que llora por sus hijos y no quiere ser consolada; ¡sus hijos ya no existen! Jeremías 31:15 (Ver también Mateo 2:17-18)
Bien podrías sentirte un poco confundida porque ves que un mismo versículo es usado tanto en Jeremías y como en Mateo. Esto es porque, como indica Génesis 3:15, desde el momento en que Dios dio a conocer Su plan de Salvación iba a haber enemistad entre Satanás y sus seguidores y Cristo y Sus seguidores. Satanás ha tratado a lo largo de la historia reventar este plan de Dios.
En Mateo leemos cómo Herodes, viendo que fue burlado por los magos, se puso furioso y mandó matar a todo niño varón menor de dos años. Es entonces donde cobra sentido que leamos el mismo contenido en el texto de Jeremías, donde vemos cómo la gente en el tiempo de Cristo experimentaría ese lamento por haber perdido a sus hijos. Al haber dado esa orden, Herodes cayó en ese patrón de enemistad y de destrucción contra el Rey de reyes.
Desde el principio, Satanás ha intentado tomar el trono de Dios, y ha caído siempre. Dios siempre ha ganado. Dios mantiene Su promesa y ha cuidado Su simiente, el linaje de Cristo. Ante la amenza de Herodes, José, el papá adoptivo de Cristo, tomó al niño Jesús y se lo llevó a Egipto. Posterior a la muerte de Herodes, Cristo salió de Egipto y dio paso a un mejor éxodo, el éxodo espiritual, el camino de la cruz que nos lleva al paraíso celestial de Dios. Ante la muerte de Jesús en la cruz, Satanás seguramente pensó que era su victoria sobre la simiente de la mujer, pero en realidad Satanás estaba comenzando a ser pisoteado en la cabeza.
Amiga, aunque sientas que las tinieblas son el mayor manto sobre tu vida, que Satanás ha tomado el control de todo, escucha:
Así dice el Señor: «Reprime tu llanto, las lágrimas de tus ojos, pues tus obras tendrán su recompensa: tus hijos volverán del país enemigo —afirma el Señor—. Se vislumbra esperanza en tu futuro: tus hijos volverán a su patria —afirma el Señor—. Jeremías 31:16
Es la resurrección de Cristo la que nos quita las lágrimas y nos regresa a casa. Su muerte es parte del plan. Su resurrección es la que nos levanta.
¿Qué significa para ti esto hoy? Significa que Cristo ha vencido, que Él te dará fuerzas para vivir, que te dará paz, libertad del pecado y una vida más abundante de lo que puedes imaginar. ¿Quieres crees en Cristo como tu Señor y Salvador? Si ya eres cristiana, seguidora de Cristo, sigue caminando en confianza y en obediencia, sé fuerte ante la oposición. Satanás no quiere que vivamos una vida de gozo en Él, quiere que dudemos, que caigamos, que no obedezcamos, que pequemos y nos alejemos de Dios permanentemente. Satanás no quiere que experimentes paz a través de una relación personal con Dios y va a hacer todo lo posible para hacerte tropezar. Pero no te desanimes. En Cristo somos más que vencedoras y nadie puede condenarnos, porque ya somos justificadas en Jesús (Romanos 8:31-37). Satanás nos va a tentar una y otra vez. Camina firme en confianza y obediencia a Cristo. Y cuando caigas, regresa a Dios en arrepentimiento. No caigas en la trampa de la culpabilidad y la tristeza que llevan al aislamiento y a la muerte. Regresa a Dios en arrepentimiento siempre. Él ya sabe lo que hiciste y aun así te ama y te perdonará en Cristo. Levántate cada día, y en Su fortaleza pelea la buena batalla (2 Timoteo 4:7). Es el camino hacia la cruz el que te dará la luz para continuar ante la prueba.
APRENDE
- Efesios 1:21-22 (NTV) dice: Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no solo en este mundo sino también en el mundo que vendrá. Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia. ¿Sobre quién está Cristo? ¿Quién tiene toda la autoridad?
VIVE
- Lee 2 Timoteo 4:7. El enemigo intentará todo para alejarte del Señor, pero recuerda que Dios nos da el poder para salir victoriosas. Piensa en qué áreas de tu vida necesitas ser fortalecida por el Padre para que el enemigo no venza. ¡Pelea la buena batalla y permanece fiel!
LIDERA
- Si conoces a una amiga o hermana que esté viviendo en pecado, acércate a ella con una actitud de gracia y misericordia, no de juicio, y recuérdale que debe arrepentirse y volver a Dios para que sus pecados sean borrados. Oren juntas y lean Hechos 3:19 y Santiago 5:16.
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