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La Vida del Mesías

Mar 03, 2021

El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros. A pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo.  Isaías 61:1-2a

Ver también Lucas 4:16-21.


Para serte sincera, esta es una de mis partes favoritas de la vida de Cristo, porque nos habla de Su primera venida y de Su segunda venida. Pero no me quiero adelantar, vamos a enfocarnos primero en lo que el profeta Isaías dice acerca de Jesús, el Salvador.

La profecía de Isaías dice: «por cuanto me ha ungido», ungir es un término sumamente importante, pues en el antiguo Israel se ungía o se vertía aceite sobre los sacerdotes y reyes cuando eran reconocidos como llama- dos por Dios para esa posición. Isaías entonces se está refiriendo a una persona que habría de venir y que iba a estar ungida por Dios, que iba a ser separada especialmente para un propósito preciso y profético. En capítulos anteriores, Isaías habla mucho del siervo de Dios. Este ungido al que se refiere sería siervo de Dios, el prometido de Génesis 3:15, el que todos necesitaríamos para restaurar la comunión con Dios.

Al final de Lucas 4:21 dice: «Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes». Jesús afirmó esto al terminar de leer precisamente Isaías 61. Lo que les quiso decir fue: en este mismo momento, aquí y ahora, ante sus propios ojos, se está cumpliendo esta profecía. Esto marca el inicio de los tres años de ministerio terrenal de Cristo.

Los versículos de Isaías y Lucas definen bien el tipo de vida que viviría Cristo y cómo es que se constituye en Salvador.

En primer lugar, vino a proclamar buenas nuevas al pobre (Isaías 61:1; Lucas 4:18). Y pobres en todos sentidos. Cristo, después de que Juan el Bautista es encarcelado y manda a preguntar si Jesús era el Mesías prometido o no, los envió de vuelta y les encomendó: «Vayan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas» (Lucas 7:22). Con esta respuesta, Jesús confirma que Él es a quien estaban esperando, y que no son solo Sus palabras sino sus acciones las que anuncian las buenas nuevas, tal como Isaías lo había escrito.

En segundo lugar, dice que proclamaría libertad a los cautivos, y daría vista a los ciegos y pondría en libertad a los oprimidos. Esta libertad y esa opresión se aplica al pecado, muy de la mano con la necesidad de perdón de pecados de la Pascua. Ese Cordero perfecto traería, en ocasiones, libertad en forma de sanidad física; sin embargo, trasciende más hacia la sanidad espiritual, el perdón de pecados y vida eterna que debemos predicar hoy. Cristo tiene poder para sanar físicamente, pero su ministerio era en lo espiritual, perdonar pecados, abrir un camino al Padre. Cristo libera de la condenación eterna.

La vida del Salvador tenía la misión de proclamar el evangelio (buenas nuevas) de esperanza para hoy y para el futuro, así como sanidad espiritual, una transformación interior donde la persona dé testimonio con su forma de vida que ha sido redimida, perdonada, que da evidencia del reino de Dios en la tierra. Esta redención sucede cuando por gracia ponemos fe en las obras de Jesús para nuestra salvación. Es esa salvación la que queremos vivir y entender en nuestro camino hacia la cruz.

Aprende

  • ¿De qué manera vemos en Lucas 4:18 que la profecía de Isaías 61:1-2a hace referencia al ministerio de Jesús en la tierra durante Su primera venida?
  • ¿Cómo debía ser la vida de Jesús en el mundo para que pudiera ser nuestro Salvador?
  • Menciona algunas actividades que vino a hacer Jesús a la tierra.

 

Vive

  • ¿De qué forma Cristo ha actuado en tu vida como el sanador, libertador y consolador?
  • ¿Hay alguna área de tu vida en la que necesites que Jesús y el Espíritu Santo intervengan?

 

Lidera

  • Lee 1 Pedro 2:21. Pide a Dios en oración que te guíe, fortalezca y dé la sabiduría necesaria para compartir con otros cada una de las obras que Jesús hizo por la humanidad. Te aseguro que estamos rodeados de personas que viven con la necesidad de escuchar las buenas nuevas, de ser sanadas y consoladas.

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