Mi relación fallida con el mundo
Feb 16, 2022
- El pecado es el problema de toda relación fallida en este mundo.
- El mundo es representado por las enseñanzas contrarias a la Palabra de Dios.
- Satanás es el príncipe de este mundo que enceguece y engaña.
- Los cristianos solemos luchar con lo que ofrece el mundo.
- El mundo nos tienta con lo que vemos, deseamos y obtenemos en él.
- Pero necesitamos ser como Jesús en medio de la tentación: “Escrito está” (Mt 4:4-10 NBLA).
- Ora, discierne, permanece en la verdad: la Biblia.
Mi relación fallida con el mundo
Hemos hablado sobre las consecuencias del pecado en nuestra relación con Dios y con otros. Hoy hablaremos de las consecuencias con el mundo. Ahora bien, no hablaremos del mundo como el cosmos o la creación, sino como las enseñanzas pecaminosas o contrarias a la Palabra de Dios que las personas no creyentes creen al ser dominadas por el príncipe de este mundo (Jn 14:30, Ef 2:2).
El apóstol Juan habló mucho acerca del mundo (78 veces). Sus cartas fueron escritas para toda persona que cree en el Hijo de Dios como su Salvador y Señor. Esto quiere decir que hablar sobre el mundo es importante y crucial debido a que la Biblia dice que ya no somos de este mundo (2 Co 10:3-6), ya no pertenecemos al reino de las tinieblas. Pero, ¿cómo nos relacionamos con el mundo si es el lugar en el que vivimos?
LA RAZÓN
El mundo está cegado por el enemigo para que no crea en Cristo (2 Co 4:4). Su entendimiento está opacado para no creer en las verdades del evangelio. Lo vemos desde Génesis después de la caída, ¿qué hizo la humanidad? Génesis 6:5 (NBLA) dice: “El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la Tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era solo hacer siempre el mal”. La maldad entró y algunos prefirieron vivir en ella.
LAS CONSECUENCIAS PARA EL PUEBLO
Una de las razones por las que Dios dio su ley al pueblo de Israel fue precisamente para que supieran sus límites de acuerdo a su carácter. En Éxodo 20:3-5a (NBLA) encontramos el primer mandamiento que dice: “No tendrás dioses delante de mí. No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás”.
El pueblo no hizo caso. “Hijo de hombre, estos hombres han erigido sus ídolos en su corazón, y han puesto delante de su rostro lo que los hace caer en su iniquidad” (Ez 14:3 NBLA). Todo ídolo está en contra de Dios, tanto en su enseñanza como en el altar que le levantan. Pablo también lo dijo a los de Colosas: “Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría” (Col 3:5 NBLA).
La práctica de la idolatría se origina en el corazón de cada persona que sigue la corriente del mundo y no atiende las santas palabras de Dios que nos alumbró con su luz.
¿CÓMO VIVIMOS?
El apóstol Juan nos lo dice: “No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Jn 2:15-17 NBLA).
Observa otro elemento en la instrucción de Juan: amor. Una cristiana ama a Dios y guarda su Palabra (Jn 14:24). Si guarda su Palabra es para obedecerla porque tiene a Dios como su Señor y nada ni nadie más está en el trono de su corazón. Esta es la meta, aunque no siempre es nuestra realidad.
Ya que nuestra relación fallida con el mundo se ve gratificada cada vez que cedemos a amar lo que está en él, refiriéndose a las actitudes pecaminosas, o se ve victoriosa cuando amo más a Dios que al mundo, lo único que nos ayudará es el Espíritu Santo al conocer la verdad de la Palabra de Dios, la que permanece para siempre.
EXHORTACIÓN
Las enseñanzas del mundo apelarán a la pasión de tu carne, de tus ojos y a lo que el mundo presenta como una “buena vida”, pero que Juan llama “la arrogancia de la vida”. Justo estas tres tentaciones que satanás nos presenta por medio de las enseñanzas de prosperidad, de amor al yo, de éxito, de individualismo, etc., son las que él le presentó a Jesús en el desierto cuando lo tentó. ¿Qué dijo Jesús a esta tentación?: “Escrito está” (Mt 4:4-10 NBLA).
La voluntad de Dios está escrita en su Palabra y permanece para siempre. Es una lucha codiciar lo que el mundo hace brillar como si fuera oro puro, y todo el tiempo estamos expuestas a esto. Lo único seguro es que, si permanecemos en la verdad de Dios, ella se impregnará en nuestras mentes y corazones para que desechemos lo falso. Ora, discierne, y vive tu vida con otros creyentes para estar firmes contra las asechanzas del enemigo en este mundo.
Aprende
- ¿Qué dice el pasaje de 1 Juan 2:14-16 acerca del mundo?
- ¿Cómo respondió Jesús a la tentación del enemigo?
Vive
- ¿Qué cosas del mundo amas, anhelas, codicias y deseas?
- Según Colosenses 3:5, ¿qué estás idolatrando? ¿Qué crees que necesitas del mundo que Dios no te ha dado?
- Luego, lee y realiza una oración con los versículos siguientes de Colosenses 3:5.
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