NUEVOS COMIENZOS
Mar 16, 2022- Si ha llegado marzo y no has cumplido tus metas o las has dejado o replanteado, no te desanimes, persevera en el Señor.
- Los planes de Dios son diferentes a los nuestros, pero aun así nos pide perseverar confiando en su soberanía y amor.
- La perseverancia depende de la obra de Cristo —vida, muerte y resurrección— para hacer lo que Él nos ha mandado.
- Dios obra en nuestro corazón, primeramente, antes que en nuestras manos.
- Enriquece tu vida de oración para que puedas perseverar.
- Retoma tus metas, cámbialas si es necesario, pero no dejes de caminar con el Señor en todo lo que hagas.
Hace poco meditaba con Dios acerca de las frustraciones que he tenido por no “alcanzar algo” o por sentirme estancada en lo que hago. Su maravillosa misericordia me confrontó al recordarme que no se trata de avanzar al estilo niveles, sino en ser fiel con lo que ha puesto delante de mí, con lo que me ha dado y no me ha dado. La verdad es que Dios no ha prometido una vida de escalones al éxito, en cambio, ha prometido su mano cincelando nuestros corazones para ser como Cristo.
Esto no significa que dejemos de soñar, de planear o de pedir a Dios por aquellas cosas que deseamos. Se trata de no anhelar un éxito a nuestra manera y frustrarnos por lo que no ocurre. Se refiere a una visión diferente en cómo vemos lo que no sucede y lo que sí sucede en nuestras vidas. Dios está obrando primero en nuestro corazón, recuerda esto.
¿Por qué nos cuesta perseverar?
Ya estamos en marzo, no sé si te has tomado el tiempo de evaluar las metas que te propusiste en enero. Tal vez ya te diste por vencida y las dejaste de perseguir. Quizás simplemente las replanteaste. Posiblemente te sientes culpable porque no las has cumplido al pie de la letra. Por esto, quiero decirte que hay una enseñanza hermosa en la Palabra de Dios que se llama perseverancia. Es una perseverancia que está preocupada más en el estado de tu corazón que en las acciones de tus manos. La perseverancia de los santos depende de Cristo.
Renovación y Santificación
Dios dice: “Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de nosotros manifiesta la fragancia de Su conocimiento en todo lugar” (2 Co 2:14 NBLA). Damos gracias a Dios que por medio de la fe en Cristo —su vida, muerte y resurrección— nos lleva en triunfo para que manifestemos al mundo quién es Él. ¿No es un propósito maravilloso?
Presta atención en la forma verbal. El versículo dice: “nos lleva”. ¿Qué significa esto? Quiere decir que es algo que continúa. Dios nos está renovando y santificando por medio de su Palabra y el poder del Espíritu Santo en medio de las circunstancias difíciles y las no tan difíciles. Por el pecado que habita en nuestros corazones, que es esa rebeldía de desear ser como nosotras queremos y no como Dios nos llama, seguimos nuestras emociones del momento y dejamos de hacer las buenas obras que Él ha preparado de antemano para que caminemos en ellas (Efesios 2:10).
La perseverancia se ve diferente cuando el objeto de nuestra meta somos nosotras mismas o algo creado. ¡Naturalmente nos vamos a frustrar y dejaremos de perseverar! Dios nos ayuda en nuestra debilidad, su Espíritu intercede por nosotras, y a pesar de nuestra infidelidad, Él permanece fiel haciéndonos más que vencedoras en Cristo (Romanos 8:37). Todo lo que no podíamos hacer para tener una relación con Dios, Cristo lo hizo y por eso su victoria es nuestra.
¿Qué tiene que ver esto con tus metas, el mes de marzo y la perseverancia? La Biblia nos dice que la meta de nuestro supremo llamamiento es Cristo; que seguramente no cumpliremos todo a la perfección, pero Dios nos ayuda en nuestra debilidad si acudimos a Él. Dios nos ayuda a perseverar en lo pequeño como en lo grande. La victoria sobre el pecado ha sido dada por gracia, ¿cómo no nos dará todo lo demás, si nos ha dado a su Hijo? Algunas cosas van a suceder, otras no, pero Cristo jamás te será quitado. ¿No es esto suficiente para retomar y perseverar?
Esperanza y oración
Nuestra esperanza en lo cotidiano sigue siendo Cristo. La esperanza de que tus metas se cumplan o no dependen del proceso de santificación que Dios está llevando a cabo en tu vida. Necesitas una vida de oración viva y continua. Orar significa depender de Dios y reconocer que sin Él nada podemos hacer. No oramos para que Dios cumpla nuestros deseos, sino porque nosotras queremos cumplir los suyos.
Ejecuta, y si caes, levántate. Si tienes que reenfocarte, hazlo. Si te desanimaste, cobra ánimo en el Señor. No dejes de perseverar con la ayuda de Dios. No se trata de vivir de éxito en éxito, especialmente si es un éxito terrenal, sino de ser fiel. Si necesitas comenzar todo de nuevo, hazlo. Ten en cuenta que Dios pide fidelidad, no perfección. Más relación que activismo, y más gloria para Él que para ti.
Así que, recuerda que Dios está obrando en tu corazón para hacerte más y más como Él. Dios opera desde el corazón, no desde la actividad. Tu actividad mostrará tu relación con Dios. Persevera, ríndete al proceso de Dios, y sigue planeando, Él determinará tus pasos. Confía, porque siempre puedes volver a empezar.
APRENDE
- Según lo leído, ¿qué es perseverar?
- Según lo leído, ¿en qué se interesa más Dios?
- Lee Efesios 2:10 y recuerda que en Cristo fuiste creada para buenas obras.
VIVE
- ¿Cómo van tus metas? ¿En qué necesitas perseverar? ¿Hay algo que te frustre?
- Lee Romanos 8 y deléitate en la obra de Cristo por ti. Con un color, subraya las palabras que hablan de lo que Cristo ha hecho por ti. Con un color diferente, encierra las palabras que indican cómo debes responder a su obra.
LIDERA
- Comparte este artículo con alguna de tus amigas que esté desanimada por no cumplir con las metas que se propuso en enero.
- Escribe el versículo de 2 Corintios 2:14 y compártelo con otras a manera de animarlas en el Señor.
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