¿QUÉ HACER CON LA INCERTIDUMBRE DE UN AÑO NUEVO?
Jan 05, 2022Bullet points
- Podemos estar en quietud en medio de la incertidumbre porque Cristo nos sostiene.
- Si Cristo es la vid y nosotras los sarmientos, podemos llevar fruto este nuevo año. Él nos ayuda por medio de su Espíritu y a través de la meditación de la Palabra.
- Permanecemos en Cristo porque Él nos sostiene, Él transforma nuestros afectos para correr a Él.
- Lo que Dios podó el año pasado dará fruto en este nuevo año. Persevera en lo bueno que has hecho y aprendido antes de proponerte otras metas.
- Sé fiel en lo que has aprendido, cultiva más lo que Dios te enseñó. Él te perfecciona en ello de manera que no seas oidora olvidadiza, sino hacedora fiel.
¿Qué hacer con la incertidumbre de un año nuevo?
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado” (Jn 15:1-3 NBLA).
Seguramente has escuchado sobre la enseñanza de Jesús acerca de la vid y los sarmientos o los pámpanos. Y si no sabes de qué hablo, no te preocupes, hoy meditaremos un poco en ella para aplicarla en nuestro corazón que necesita permanecer en Cristo en medio de la incertidumbre.
La incertidumbre es un mal de los humanos. Siempre queremos saber lo que acontecerá para asegurarnos de que todo estará bien, o al menos para prepararnos si no es así. La extrema preocupación y afán toman lugar, olvidamos que Dios está en control y nosotras necesitamos permanecer en Él.
Jesús enseña a sus discípulos que Él es la vid que nutre a todos sus sarmientos, y Dios es quien cultiva esa vid para que dé el fruto que Él ha dispuesto. Aquellos que dan fruto son sus hijos escogidos, a quienes podará para que den más fruto, porque el propósito es crecer y madurar para tener la imagen de Jesús cada día de cada año.
Quietud en la incertidumbre
¿No te pasa que cada inicio de año tienes metas y propósitos, pero también afanes, desilusiones o desánimo por lo que no sucedió o no te dio tiempo de hacer el año anterior? Pareciera que la tendencia es hacer más o cambiar de metas para que las nuevas sí resulten exitosas.
La verdad es que este pasaje nos enseña que ya todo está hecho para nosotras. Recordemos el versículo en Juan 15:3a: “Ustedes ya están limpios…”. Dios, el viñador, es quien ha hecho esto por medio de Jesús: limpiarnos, podarnos. Lo que significa que nuestra respuesta debe ser de quietud. ¿Quietud es sinónimo de inactividad? ¡No! Al contrario, el versículo siguiente dice: “Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí” (Jn 15:4 NBLA).
La quietud es tener confianza en que Dios nos sostiene, y por esa seguridad, hacemos la parte que nos toca, el fruto que podemos dar porque permanecemos en la vid.
Permanencia en Cristo
Los dos últimos años fueron tan sorpresivos como la soberanía de Dios es. No es de extrañarse que tú y yo estemos con incertidumbre sobre lo que sucederá este nuevo año. Y es normal, porque ninguna de nosotras sabe con certeza lo que acontecerá, pero sí podemos estar seguras de que Cristo nos sostiene y nosotras podemos sostenernos de Él, porque apartadas de Él nada podemos hacer (Jn 15:5).
Este nuevo año, antes de establecer nuevas metas y llenar tu agenda de actividades para asegurar tus planes, deseos o sueños, ora al Señor para que te ayude a permanecer en Él por medio de su Palabra y en el poder de su Espíritu. Ora para que, al ser podada para llevar más fruto y parecerte más a Cristo, no estés en incertidumbre, sino en quietud. Seguramente, si haces memoria del año pasado, podrás ver el fruto de esa podada y agradecer por lo que Dios te ha dado y por lo que no.
Sé fiel en lo bueno que ya has hecho
Es en la meditación de lo bueno que has hecho que puedes ver a Dios, el viñador, sostenerte en la vid.
Antes de dejarte caer en la incertidumbre de lo que pueda o no suceder este año, proponte mejorar en lo que fielmente has hecho; en donde has obedecido y has sido pulida para que des más fruto que tenga la forma de Cristo en tu carácter, en tu hablar y en tu accionar. Es nuestro carácter lo que refleja quiénes somos en realidad.
Este nuevo año, pide a Dios que te ayude a ser mejor, a ser más fiel, y a ser más firme en lo que te podó y enseñó. Y prepárate para lo que Dios cultivará y podará este 2022, para que sus palabras permanezcan en ti (Jn 15:7).
No desmayes ante lo que no comprendes y no puedes controlar, en cambio, aférrate a lo que es certero, que es la palabra de Dios en la Biblia. Su palabra trae quietud porque confiamos en Él; su palabra nos ayuda a permanecer en Él mientras nos sostiene. Busca ser fiel en lo bueno que Él ha obrado en ti. ¡Feliz Año Nuevo!
Aprende
Según lo leído, ¿qué enseña Juan 15:1-5?
Vive
¿Cómo puedes iniciar el año sin incertidumbre y con confianza en el Señor?
Lidera
Busca a una amiga que sabes que tuvo un año difícil y anímala al recordarle las bondades de Dios en el año pasado y lo que aprendió para mejorarlo.
Recursos:
https://somossoldados.org/tengo-que-agradecer-por-todo/
https://medium.com/hablemos-verdad/confiadas-en-ti-f007f3dc191a
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